Santiago Melano
Abogado. Director Regional de Reputación Digital
Lic. M. Natalia Compagnucci. Manager en Análisis Cualitativo.
En escasos 21 días desde que se detectó el primer caso en Argentina, la Pandemia del COVID-19 modificó nuestras rutinas diarias y, quizás, instaure a futuro nuevos hábitos. En poco tiempo entendimos la importancia de hacer un correcto aseo de nuestras manos, e incrementamos el consumo de artículos tales como: alcohol, elementos de limpieza y desinfección, barbijos, complejos vitamínicos y hasta una mayor compra de alimentos para tener provisiones en nuestros hogares.
En pocos días el Estado Nacional, en conjunto con las Provincias y los Municipios, tomaron medidas para evitar la propagación de este virus, cambiando rotundamente nuestra rutina, tal como la vivíamos hasta entonces, desde la suspensión de clases, hasta el aislamiento social obligatorio, y quizás se apliquen medidas aún mayores.
Observando esta realidad, desde Reputación Digital quisimos analizar, cómo fue cambiando la interacción y el humor social de miles de usuarios en las redes sociales.
Desde enero el Coronavirus pasó de ser un acontecimiento remoto en China a convertirse en una amenaza real y de alto impacto. Esta pandemia se ha apropiado de los medios digitales y se han motorizado miles de búsquedas y conversaciones en internet, siendo el principal tema de interés social.
Tanto los intereses de búsqueda de los argentinos, como sus conversaciones digitales, reflejan las fluctuaciones emocionales y los cambios de hábitos de la sociedad a partir de la pandemia.
De humor a preocupación.
Cuando se inició la búsqueda, procesamiento y análisis de información en nuestro país, se observó que predominaba contenido de carácter humorístico en relación al virus (memes, gráficas, videos, stickers), que daba cuenta de que esta enfermedad era vista como algo lejano y ajeno; pero luego de su expansión por Europa y del primer caso en Argentina, el humor social comenzó a convertirse en preocupación. Si bien el humor se mantiene presente, los contenidos comenzaron a ser más variados, reflejando también intranquilidad y nerviosismo social.
Las conversaciones digitales de los usuarios respecto al abastecimiento de mercadería (víveres, alcohol, barbijos, etc.), también se disparan junto con la aparición de los primeros casos de contagios. Tanto la disponibilidad de estos productos, como los precios, se mantienen a la actualidad como importante eje de inquietud.
De preocupación a agresión.
La continua expansión de esta pandemia, y la posibilidad de que los casos se incrementen de manera abrupta provocando un colapso del sistema de salud, causan no sólo una creciente preocupación en la sociedad, sino también desesperación y nerviosismo que, en muchos casos, se transforma en violencia. Más allá de los casos de violencia que se conocieron en los últimos días, en las redes sociales se ve reflejado también en un gran incremento de comentarios en tono agresivo.
De esta forma, desde finales de febrero de 2020 hasta la fecha, se observa cómo la gente pasó del humor a la preocupación; de la preocupación a la desesperación; y de este pico de desesperación, a donde estamos actualmente, en donde la mayoría optó por la «ocupación», es decir, hacerse cargo, comprometerse en este trabajo en conjunto para que la propagación sea gradual, evitar el colapso del sistema de salud, y disminuir así también la cantidad de víctimas fatales.
Este sentido de responsabilidad se encuentra mezclado con distintas emociones e intereses asociados que se mantienen: la preocupación; el humor (chistes, videos, memes); el sentido de unidad; y también el enojo por esa minoría individualista que aún «no entiende» y no respeta la importancia de cuidarse, para cuidarnos entre todos.