A pesar de que Brasil alcanzó los 3,27 millones de infectados, dos de las atracciones icónicas de Río de Janeiro reabren los accesos a las visita, tras cinco meses de cierre por la pandemia.
Tras cinco meses de cierre por el coronavirus, dos de las atracciones icónicas de Río de Janeiro, el Cristo Redentor y el Pan de Azúcar, reabrieron en la ciudad brasileña, pese a que a la enfermedad continúa su avance desenfrenado en Brasil, el segundo país con más casos y muertes por el brote en el mundo.
Aunque Brasil ya acumula 275.520 contagios y 106.523 decesos por Covid-19, un 47% de los brasileños considera que el presidente Jair Bolsonaro no tiene culpa o responsabilidad por el alto número de defunciones, según un sondeo del Instituto Datafolha publicado por el diario Folha de Sao Paulo.
Poco más de la mitad de los encuestados, un 52%, dijo que el mandatario brasileño sí tiene alguna responsabilidad al respecto, mientras que un 11% apuntó que es el «principal culpable» y un 41% señaló que «es uno de los culpables, pero no el principal».
Desde el inicio de la epidemia, Bolsonaro fue uno de los gobernantes más escépticos sobre la gravedad del Covid-19, a la que calificó de «gripecita», y desafió abiertamente las recomendaciones sanitarias hechas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre una de las mayores emergencias sanitarias globales del último siglo.
Pese a esta actitud, casi la mitad de los brasileños (49%) indicó que Bolsonaro tampoco es responsable de la incesante expansión del virus en el país y, de hecho, la tasa de aprobación de su Gobierno subió hasta un 37%, la mayor desde que asumió el poder en enero de 2019, mientras que el índice de rechazo cayó diez puntos y se situó en 34%. La tasa de aprobación de su Gobierno subió hasta un 37%, la mayor desde que asumió en 2019.
Según el diario, la subida en los índices de popularidad de Bolsonaro coincide con una moderación del tono del presidente, pero también con la distribución de subsidios destinados a las capas más humildes de la sociedad y a los trabajadores informales para paliar el impacto económico de la crisis sanitaria.
Una de las ciudades más golpeadas por la pandemia es Río de Janeiro, donde el sábado reabrieron al público el Cristo Redentor y el Pan de Azúcar, aunque con limitaciones en el número de visitantes permitidos.
Fuente: El Diario de Carlos Paz