Ícono de la religiosidad popular, había nacido en Chimpay, Río Negro, el 26 de agosto de 1886.
Hijo del Cacique Manuel Namuncura y la cautiva blanca, Rosario Burgos. Vivió los ritos de la religión mapuche.
Ceferino nació en el contexto de la Campaña del Desierto y sufría por la difícil situación que atravesaban sus hermanos de la comunidad quienes eran perseguidos y despojados de sus tierras.
A los 11 años tomó una decisión fundamental. Le dice a su padre «Quiero estudiar y ser útil a mi gente, mi pueblo sufre».
En 1898 viaja a Buenos Aires e ingresa en la Obra Salesiana Pio IX, se sintió fascinado por el evangelio. Quiso ser sacerdote y misionero pero su salud se lo impidió. En 1902 le diagnosticaron tuberculosis. Falleció el 11 de mayo de mayo de 1905 a los 18 años de edad. Fue declarado venerable en 1972.
En 2007, el Papa Benedicto XVI lo declaró Beato en una ceremonia bilingüe en Chimpay.
De Ceferino aprendimos: El amor a la tierra, La importancia de la Comunidad, La resistencia ante las dificultades, La admiración por lo trascendente.
Cada 26 de agosto, su pueblo recibe a miles de fieles que van a darle las gracias a Ceferino por sus «gauchadas”, sus milagros, salud para la familia, gratitud por el trabajo, por las lluvias y los campos.
Ceferino es mano tendida de Dios para el sufriente.
Fuente: Hechos Media