Treinta años atrás, el silencio interrumpido llegó desde Catamarca a todo el país para reclamar justicia por el crimen de María Soledad Morales.
Las marchas encabezadas por sus padres, Ada Rizzardi y Elías Morales, y la monja Martha Pelloni, directora del Colegio del Carmen y San José, al que asistía María Soledad, llegaron a reunir más de 30 mil personas en las calles céntricas de San Fernando del Valle de Catamarca en un pedido de Justicia por el cuerpo ultrajado de la joven de 17 años.
Fue el primer femicidio desde el regreso de la democracia que sacudió a una provincia gobernada por una dinastía y que dejó al desnudo los modos de operar de los hijos del poder.
Guillermo Luque, hijo del entonces diputado Ángel Luque condenado a 21 años de cárcel por el asesinato y la violación de María Soledad.
La complicidad de los poderes que terminó en escándalo político e intervención federal.
María Soledad no solo fue víctima de la violencia machista sino reflejo y símbolo de tantas otras mujeres sin potestad sobre sus cuerpos. Historias Silenciadas. Niñas y Mujeres sin nombre.
A 30 años del crimen.
Fuente: Claudia Alejandra Aguirre