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Mano a Mano con Marcelo Cossar, Legislador Provincial

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Para conocer cómo atravesó la Provincia de Córdoba el 2020 dialogamos mano a mano con el vicepresidente II de la Legislatura Provincial representando a uno de los bloques parlamentarios de la minoría, el referente de la UCR, Marcelo Cossar.

¿Cómo evalúas lo que pasó hasta hoy en la Provincia?

Creo que 20 años es mucho tiempo para cualquier gobierno en el mundo. Y en nuestro país, más. Estamos viendo ese agotamiento, los síntomas de una patología del poder en Hacemos Por Córdoba que nos preocupa.

Puedo decir con conocimiento, que recién el último mes del 2020, al menos en la Legislatura, hubo intentos del oficialismo por recomponer institucionalmente la labor legislativa que dañaron desde el inicio de la emergencia.

Sin desestimar la gravedad de la pandemia, la emergencia fue la excusa para imponer la agenda del gobernador, que no era la agenda de la gente. La reforma de la ley jubilatoria fue quizás el hecho más emblemático, volver a la fase restrictiva, sin posibilidades de protesta social, enviando el proyecto a los legisladores minutos antes, fue demoledor. Ese es un ejemplo de cuáles fueron, política y legislativamente, las prioridades, más allá de lo que se “dice que se hace”. La gente no pedía reforma, la gente estaba pidiendo otra cosa.

¿Cuál fue el peor momento que le tocó vivir en el 2020?

Al peor momento lo vivimos todos. Nadie quedó afuera de las malas. No estábamos preparados, mucho menos nuestros gobiernos, para enfrentarnos a vivir en riesgo y a aislarnos socialmente. Creo que cuando pensamos en las peores cosas, siempre tienen que ver con lo importante, con la parte humana.

En ese contexto y personalmente, puedo decir que el asesinato de Blas Correas, el 8 de agosto, me afectó mucho. Tenía 17 años, la misma edad que tiene mi hijo mayor, y me impresionó profundamente. He asumido el pedido de Justicia por Blas como una cuestión personal. Más allá de las responsabilidades penales, hay responsabilidades políticas, respuestas que tienen que dar las autoridades a la familia y a toda la sociedad cordobesa.

¿Y si tuviera que destacar un buen momento cuál sería?

Por suerte, tengo recuerdos lindos de 2020. Correr la Maratón de Londres, acá en Córdoba, fue una experiencia fantástica, en lo deportivo y en lo personal. Primero, porque fui el único cordobés que participó a nivel mundial. Segundo, por los amigos que se involucraron para apoyarme en la carrera, el Tucu Gómez, la Agrupación Atlética Islas Malvinas, con quienes entreno desde hace años con Luis Amado Escudero a la cabeza, Vity Chalub, George Blanco. Fue hermoso. Y tercero porque mi clasificación fue excelente. Con 3 h. 13 min. 44 seg., quedé 109 entre más de 2.600 participantes a nivel mundial en mi categoría, es decir, entre el 4% más veloz.

Por otro lado, del 2020 también rescato la satisfacción de, en apenas un año como legislador, haber podido conformar un pequeño gran equipo con el cual hemos hecho un trabajo arduo, proponiendo una agenda legislativa propositiva que lamentablemente no tuvo tratamiento. Somos cinco legisladores, un bloque chico pero hemos trabajado muy bien ante una mayoría abrumadora de 51 legisladores que tiene Hacemos por Córdoba.

¿Qué opina de la gestión de la pandemia a nivel nacional?

A nivel nacional no hubo un plan. Se ha hablado mucho del gobierno de científicos, se han analizado otras políticas a nivel mundial… lo cierto es que acá en Argentina, se aprovechó la pandemia para avanzar en la agenda de impunidad, la agenda de Cristina, y no la agenda de la gente. Nos encerraron de manera apresurada. El gobierno no pudo salir de la emergencia y la emergencia no pasó. Nos precipitamos en compararnos con otros países del mundo creyendo que éramos un ejemplo y los hechos nos demostraron en poco tiempo que estamos entre los 10 países que tienen los peores índices a nivel mundial.

Había cuestiones importantes que tratar, la situación económica y social era urgente, no la Reforma Judicial, no la expropiación de Vicentín. Al igual que pasó en la provincia, recién a fin de año, con la excepción de la reforma de los jubilados que fue un marzo, el gobierno tuvo ciertos atisbos de reaccionar.

¿Cómo vio y ve la actuación del Gobierno Provincial? ¿Podrías señalar un gran acierto y marcar algún error importante o falencia?

El gobierno de Córdoba tampoco tuvo un plan. El acierto y el error fue el COE, crearlo fue bueno, darle poder político fue malo. El acierto fue actuar rápido al inicio, el error fue actuar lento al final. Yo soy representante del COE por la minoría y al cabo de un mes dejamos de asistir porque la mala política empezó a tomar decisiones. Nos excluyeron de las reuniones, nos enterábamos por el diario de decisiones que se tomaban estando nosotros presentes.

Hubo mucho “encuesterismo”, se trabajó con encuestas en la mano y de acuerdo a eso se ajustaron decisiones. Eso no es tener un plan. Recién después de octubre el gobierno provincial reformuló algunas cuestiones, trató de tomar iniciativa.

La transparencia y el acceso a la información siguen siendo materias pendientes a nivel provincial. La comunicación juega un rol fundamental en la emergencia y nosotros estamos en emergencia.

¿Qué puede decirnos sobre el accionar del COE Provincial?

Bueno, lo que acabo de decirte… fue un acierto haber pensado en una mesa estratégica, destaco especialmente el trabajo humano que hicieron los integrantes de las fuerzas que llevan adelante la tarea operativa, pero fue un error haberle dado poder político.

Yo impulsé la creación del cuerpo de voluntarios, al que se inscribieron miles, y participé como representante legislativo, cuando lo político comenzó a pivotar en ese trabajo, quedé afuera. Literalmente, nos cerraron la puerta el mismo día en que se estaba evaluando volver a fase 1, previo a la sanción de la Reforma de Jubilaciones. El gran tema del gobierno provincial fue y sigue siendo cómo comunica el riesgo y la crisis, la falta de acceso a la información pública en temas tan sensibles, el aprovechamiento de esa comunicación para posicionar figuras y no para decirle a la gente lo que necesita saber. Más allá de las estadísticas de testeos y número de enfermos, modificar hábitos es un proceso. Tal como dijimos cuando nos opusimos a la implementación de las multas, esa política punitiva no alcanza.

¿Qué opinión tiene sobre el comportamiento de la mayoría legislativa?

Hubo momentos muy tensos. Especialmente en la labor parlamentaria interna. En el mismo recinto, hubo intentos de disciplinamiento de la oposición por parte del bloque mayoritario, llegaron a decirnos que en lugar de pedir informes pidamos disculpas. Nos quisieron callar muchas veces. El oficialismo tiene una mayoría abrumadora, 51 legisladores sobre 70, no necesita hacer sentir el peso de las mayorías de manera abusiva. Con ese número, no puede tener ningún miedo al debate. Y sin embargo, prácticamente no se trataron proyectos de otros bloques y los que se trataron fue porque las firmas de legisladores oficialistas estaban ahí.

El caso testigo es el proyecto de ley de Ficha Limpia que impulsamos los bloques de la oposición, se negaron a tratarlo en comisión, tuvimos que pedir una sesión especial. El vicegobernador actuó correctamente haciendo lugar al pedido, pero el oficialismo vació la sesión y no dio quórum. No se entiende. La función del parlamento es debatir, es nuestra razón de ser. Tenemos un edificio maravilloso que costó millones y donde no se debate.

¿Cómo califica su relación con los demás bloques de la Legislatura?

La legislatura tiene hoy el bloque del oficialismo y seis bloques de la oposición. Con los bloques de la oposición tenemos una relación muy buena y hemos impulsado proyectos en forma conjunta. Hemos trabajado a lo largo del año de manera más integrada. Si bien no podemos hablar de una política interbloque, juntos hacemos un trabajo a conciencia para darle peso legislativo a temas que, entendemos, son de importancia para la ciudadanía. Tenemos diferentes ideas pero nos respetamos muchísimo y lo mejor es que cada bloque tiene a su vez equipos de trabajo fuertes. Nos podemos potenciar. Y con el oficialismo tenemos una relación institucional buena.

¿Qué cosas le quedaron pendientes de hacer y qué cosas, de su agenda legislativa, si se lograron concretar?

De esto hago dos lecturas. Si tengo que medir resultados y decir “presenté tantas leyes y se aprobaron tantas”, es decir, desde el resultado legislativo, no hay casi números. Se negaron a tratar los temas que presentamos de manera sistemática. Lo que no quiere decir que no hayamos trabajado muchísimo, y de hecho en lo personal, presenté 43 proyectos a lo largo del año.

El acierto legislativo es haber estado atento a los temas que la gente reclamó, como el proyecto de Emergencia Educativa que reunió lo que jardines maternales, transportistas escolares, docentes suplentes, padres, alumnos sin acceso a internet o dispositivos, nos pedían. O como Ley de Ficha Limpia, que recoge un pedido firmado por más de 368 mil ciudadanos para impedir que personas condenadas con sentencia firme o no puedan ser candidatas. O como el proyecto de Plan de Metas Provincial como herramienta de participación y control ciudadano. Hace poco presenté el proyecto de Ley de Movilidad Sustentable que promueve un Plan Estratégico de Movilidad Sustentable para la provincia porque hay miles de personas que con el transporte público parado comenzaron a moverse en bicis y reclaman infraestructura. Entonces, desde lo legislativo, nos hicimos eco del interés público.

Desde lo político, creo que logramos instalar que existe una oposición, que representamos a mucha gente que NO votó a Hacemos por Córdoba y que esa gente tiene derechos y voz en la Unicameral. Es un doble esfuerzo ejercer nuestra labor y tener que luchar para que no se calle a las fuerzas opositoras, pero es nuestra responsabilidad. Por respeto a quienes representamos, que estoy seguro que son cada vez más, vamos a seguir insistiendo.

¿Cuál es tu prioridad hoy?

Desde que era viceintendente, allá por 2011, trabajo en políticas de transparencia y acceso a la información. Creo de corazón en eso, creo que tenemos que ir hacia el estado abierto, no sólo a nivel de instituciones de gobierno, sino también, en algún momento, hacia otras instituciones como las educativas, los gremios, el sector privado. Las políticas anticorrupción deben ser transversales a la sociedad, creo que sólo así podemos recuperar la confianza pública, ese valor intangible y que sin embargo, mueve las estructuras más profundas de nuestros sistemas políticos y económicos. Voy a seguir trabajando en eso y en una agenda propositiva de proyectos que necesitamos como comunidad.

Pero mi mayor desafío, el tema que más ocupa mi cabeza, aunque no creas, es la pobreza. Abordar el problema de la pobreza en nuestra provincia, en nuestro país, es el tema más crucial, el más complejo, el más integral. Hay que poner innovación ahí, hay que innovar desde la política en el abordaje de la pobreza.

¿Qué espera para el año 2021?

En lo personal, estoy viviendo un momento de plenitud. No quiero que suene pretencioso, hay muchos cordobeses que lo están pasando mal, muy mal. Hoy tenemos niveles de pobreza que Córdoba nunca tuvo, con lo cual los dirigentes debemos estar a la altura, y yo me estoy preparando para estar a la altura. Pero, en lo personal, me refiero al crecimiento interno, profundo. Valoro eso porque da fuerzas para afrontar este año, que va a ser muy difícil.

No hemos salido de la pandemia y habrá que abordar temas de reconstrucción política, económica y social. Como te comenté, este año quiero trabajar en proyectos de fondo y de solución. No vamos a tener tiempo para discusiones estériles, que no nos lleven a ninguna parte. Como nunca, la sociedad va a necesitar que la dirigencia esté a la altura. Tanto yo como mi equipo, nos estamos preparando para eso. Quiero que la gente confíe en los dirigentes y estamos haciendo el mayor esfuerzo.

Espero desde la política que podamos conformar un espacio y de cara a las elecciones del 2021 poder hacer lo que los cordobeses nos están pidiendo y generar una verdadera alternativa para derrotar en las elecciones a Hacemos por Córdoba y al Frente de Todos.

¿Qué está pasando puertas adentro en la UCR, de su partido?

La sociedad demanda más que nunca que la dirigencia esté a la altura de las circunstancias. Y la responsabilidad es doble desde lo partidario. Si nosotros, los radicales, no entendemos que no hay margen para la estupidez, para la chiquita, los caprichos… tenemos, más que nunca, que hacer el mayor de los esfuerzos y la inmensa mayoría de la dirigencia radical de la provincia tiene muy claro que es lo importante.

Hoy debemos cerrar filas, limar asperezas, dejas atrás el pasado, mirar para adelante, unificarnos como partido y armar una propuesta conjunta con el Frente Cívico, la Coalición Cívica, que entiende que el modelo de Hacemos por Córdoba está agotado. A la gente hay que ofrecerle una alternativa sólida y confiable sino no nos va a votar.

Tenemos elecciones internas para este año el 14 de marzo y soy de los que cree que esto hay que resolverlo dialogando. El radicalismo se tiene que unir, no hay margen para el capricho. Y si no tenemos alternancia, no funciona la democracia. Córdoba no se puede dar el lujo de tener 27 años el mismo signo político, eso es malísimo. Si sucede es porque nosotros, los radicales, no estuvimos a la altura de la circunstancia.

¿Qué se puede esperar de tu gestión como Vicepresidente de Legislatura en vista del nuevo año y teniendo en cuenta todo lo sucedido hasta hoy?

Mi función como vicepresidente es básicamente institucional. En ese marco, creo que hemos aprendido varias lecciones en este año que pasó. Necesitamos transitar el 2021 con respeto. Es lo que la gente está esperando de nosotros, quienes ejercemos cargos de representación, que podamos sentarnos y ponernos de acuerdo. O no ponernos de acuerdo, pero respetar las posiciones. Cada quien sabe dónde le aprieta el zapato… Por mi parte, he aprendido a enojarme menos y a escuchar más.

¿Un mensaje final para este nuevo año?

Hace poco publiqué por redes que las dos palabras que definen mi actitud para este año son “sí” y “sisu”. “Sisu” es una palabra finlandesa que representa la capacidad para sobreponerse a situaciones extremas, me llegó por un mensaje y la adopté. Y “Sí” es la palabra positiva por naturaleza.

Me considero una persona positiva, así que ambas palabras las hago mías y las llevo conmigo para siempre. Es un año en el que vamos a tener que ponernos en modo Sí con Sisu, es decir, positivos y resilientes para apoyar a otros. La solidaridad tiene que ser acción.

Creo que hay que ser optimista. Vamos a tener un año difícil porque no hemos superado la pandemia, el daño que se le ha hecho a la economía es tremendo y el daño social es irreparable, al igual que el educativo. Nos va a llevar 20 años recuperar este año que no hubo clases. Pero lo fundamental es no bajar los brazos, el futuro tiene que ser mejor.

Mirá la entrevista en nuestro Canal de YouTube:

https://youtu.be/O5qq_26ZMFs

Fuente: Hechos Media

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