La ficha de Florencia Quiñones puede mostrar que nació el 26 de agosto de 1986 en Oncativo, que su padre es Marcelo Quiñones, que es jugadora de fútbol desde los 16 años y que tiene una trayectoria de casi 20 años que hoy la encuentra en la posición de defensora.
Lo que tal vez no dicen esos datos es que haber nacido pocos días después de que el seleccionado argentino, con Maradona a la cabeza, fuese campeón del Mundo en México tuvo mucho que ver con su pasión. O ser hija de Marcelo Quiñones, “el Colorado”, ídolo de Racing de Córdoba de los años 80.
Que a los ocho años jugó de delantera en una cancha de 11 y ahí se enamoró para siempre de este deporte, jugando primero en Unión de Oncativo y en el Flor de Ceibo, hasta con chicos más grandes que ella y siempre siendo figura; que jugó y salió campeona en San Lorenzo, Barcelona de España y en Boca Juniors; que llegó a jugar un Mundial Juvenil, los Juegos Olímpicos y los Panamericanos con la selección; que el 24 de septiembre de 2019 se convirtió en la primera jugadora de Boca Juniors en la era profesional del fútbol femenino en Argentina en convertir un gol en la Primera División, siendo así también la primera futbolista en marcar en el primer superclásico femenino oficial, en una victoria por 5 a 0 frente a River Plate.
Y, sobre todo, que fue la capitana del equipo campeón del primer torneo Profesional de Fútbol Femenino en nuestro país.
Disfrutar
Florencia pide que no sea tan larga la nota y es entendible. Quiere disfrutar con la familia y tener unos días relajados después de tantos llamados por el primer título de la era profesional para Boca Juniors y el número 25 desde que, en 1990, se fundó el equipo en el club de La Ribera.
De fondo se escuchan los familiares que se están “acomodando” porque recién se llega al lugar de descanso y en el micrófono del teléfono se escucha a “Flopi”, como aparece en su estado, con una tranquilidad y humildad que no pareciera típica de alguien que ganó tanto.
¿Cómo están viviendo el título ganado el martes en la final frente a River?
Apenas terminó el partido nos fuimos a comer todas juntas y después viajamos cada una a su casa para irnos de vacaciones. Recién ahora estoy un poco más tranquila. Hubo mucha repercusión, muchas notas, una llamada tras otra y como nos gusta cumplir con todos fue medio difícil.
Estamos tratando de disfrutar y ver lo que generamos: quedar en la historia, con el primer torneo profesional, ser las primeras campeonas y coronarlo con un 7 a 0 en un superclásico tiene un sabor doble.
¿En algún momento soñaste que ibas a quedar en la historia grande del país y de Boca?
No sé. La verdad que cuando era chica no pensaba en quedar en la historia del fútbol femenino nacional y de Boca. Tampoco jugar en Barcelona y formar parte del primer plantel en ganar una Liga. Lo que sí soñé siempre fue jugar al fútbol y que la camiseta de la selección llevara mi apellido y lo pude lograr. Y hoy que esté mi apellido en la de Boca es un honor muy grande.
¿Qué sentís al ser la capitana del primer equipo femenino profesional en ser campeón?
Por ahí una no se da cuenta porque recién pasó y el seguir en competencia te evita ver ciertas cosas. Tampoco pude detenerme a analizar haber estado en la Selección, haberme ido a España a jugar en Barcelona, meter ese primer gol del profesionalismo en La Bombonera. No puedo ponerme a pensar detenidamente que hicimos historia, siendo las primeras campeonas profesionales y ser la capitana de ese equipo. El día de mañana me daré cuenta de lo que hice para la historia del fútbol femenino y para la disciplina en Boca.
¿Se pueden diferenciar en algo los torneos que ganaste en Barcelona y en San Lorenzo con este ganado en Boca?
Cuando salís campeona tiene un sabor especial sea con quien sea. En Barcelona era mucho el sacrificio, el llegar de afuera. Y fue importantísimo porque fuimos las primeras campeonas del club. En San Lorenzo gané dos títulos y jugué la primera Copa Libertadores, por lo que también fue histórico, con un equipo muy joven y con mucho sacrificio. Tuvo algo especial en ese momento haberle sacado el título a Boca, que tenía a las jugadoras de la selección y ganaba siempre. Y hoy estando en Boca es muy especial por ser el primer título con el club y el primero profesional.
Aprender y enseñar, dentro y fuera de la cancha
Barcelona marcó a fuego a una Quiñones que llegó muy chica, con tan solo 24 años, pero ya sabiendo lo que era festejar con San Lorenzo y estar en grandes competencias con la selección nacional desde 2006. En España dio cinco vueltas olímpicas: dos Copa Cataluña, una Copa de la Reina y dos Ligas.
¿Qué cosas trajiste de Barcelona y aplicas hoy en día?
Más que nada el estilo de juego: pelota al pie. Antes de irme era una jugadora que metía mucho, me tiraba mucho al piso y allá, al ser un juego mucho más rápido, si lo hacía quedaba pagando. O no hacer tantas faltas, porque no perdonan mucho allá que no se va tanto al choque.
Aprendí a leer más el juego y salir jugando, tanto cuando jugué de cinco o como hoy que lo hago de central. Eso lo aprendí ahí y en el curso de técnica que hice en España, por eso hoy me es más fácil jugar en esta posición.
¿Cómo ves y sentís los cambios y avances que tuvo el fútbol femenino en Argentina?
Van cambiando ciertas cosas, en algunos clubes más que otros. Tenemos más difusión, se televisan los partidos y es muy bueno, como jugar en los estadios. Lo que falta es que haya más divisiones inferiores. Hay proyectos para sumar reserva y varias divisiones más chicas, hasta llegar al sub 12 o sub 10, para tener las inferiores. Creo que eso es lo que falta a diferencia del fútbol masculino, que una jugadora tenga un proceso de formación que a veces se hace, pero a medias: las dejan jugar con varones, a veces sí, otras no, y después se pierden. O ni siquiera hacen ese camino y se pierde mucho: no es lo mismo aprender cosas a los 7 años que a los 15. Y tampoco la condición física es la misma. Hay que apuntar a eso para que sea más competitivo y profesional.
¿El profesionalismo puede ayudar a que se apliquen esos cambios?
Creo que los cambios siempre están buenos. Cuando yo empecé no existía el fútbol femenino, imagínate. Ese es el primer gran cambio. También que hoy puedan entrenar nenas chicas, que haya árbitras en el Mundial de Clubes, que también haya dirigentes y presidentas. Está bueno que la sociedad vaya cambiando y que la mujer esté en esos lugares, no por ser mujer, sino por merecer estar ahí y haberse ganado ese lugar.
¿Cómo ves el fútbol femenino en la provincia?
En Córdoba hay un tema con el límite de las edades que no está bueno, no me parece que sea así. No por tener 30 años estás grande para jugar.
Deberían ver la manera de poder apuntar a jugar el torneo de AFA. Hay un proceso de hacer un torneo federal y los equipos cordobeses tienen jugadoras buenas. Entiendo que en lo económico se hace difícil, pero deberían buscarle la vuelta los clubes, empezar a apostar más al fútbol femenino, por ejemplo, generando más contratos, porque cuando una firma con un club tiene más derechos, pero también más obligaciones y eso se nota a la hora de entrenar y el compromiso de cada una. Y si un equipo entra a ese torneo, más chicas van a interesarse y querer mostrarse.
El después
Cuando Florencia habló de quedar en la historia, también se refirió a sueños y metas. Sus palabras fueron: “A medida que una va creciendo los sueños y las metas cambian. Los sueños los tengo casi todos cumplidos, seguramente me quedarán metas y objetivos que quisiera cumplir y que antes no pensaba. Pero no visualizo mucho a futuro, sino que trato de enfocarme más a corto plazo. Ojalá que lo que me proponga de acá en adelante lo pueda cumplir y si no ya estaré orgullosa de lo que hice. El éxito no siempre es ganar un título sino hacer una carrera buena”.
Entonces, ante la pregunta obligada por otra declaración que había hecho al periodista Marcelo Guerrero, en la que había afirmado que cuando fuese campeona con Boca se retiraría, irrumpió ante de terminar de escucharla: “No, no. Yo dije que cuando saliera campeona con Boca ya podría retirarme, que no es lo mismo a decir que ya me voy a retirar. También dije que quería jugar la Libertadores con Boca y la quiero ganar y ese es el paso que tengo por delante”.
La gente pide que sigas por mucho tiempo más…
No sé para cuánto me va a dar. Tengo un par de operaciones y problemas de rodilla. Pero eso depende de que el físico me aguante. Ojalá me siga dando porque ni pienso en retirarme y me siento bastante bien.
Esta última aclaración alivia a quienes quieren seguir viéndola jugar, tanto en la selección como su club actual. Por algo al plantel femenino de Boca Juniors le dicen “Las Gladiadoras”. Y por algo Florencia es su capitana.
Fuente: Juan José Coronel (El Diario)