Los títeres en cuarentena nunca dejaron de acicalar sus rulos ni de aprontar su trapos, saben que son necesarios y hacen honor al intento de suplir el abrazo y contagiar con su impronta a los niños, alumnos, adultos… y a quien necesite de su presencia.
El arte no puede verse callado y mucho menos “quieto”. Hay mucho por inventar, crear, armar y sobre todo entregar. Dar el corazón de espuma que sopla magia y humanidad, está entre sus premisas.
Y así me lo enseñaron, la dragona, el marginal, camilaparkerbrown y todos sus etcéteras, que desde Oncativo saltan al mundo entero!
Fuente: Rubén Capodaqua