Un día como hoy, en 1853 en Santa Fe, se sancionó la ley suprema de los argentinos. Desde la Revolución de mayo de 1810, las «Provincias Unidas del Río de la Plata» necesitaron consagrar su identidad en todo el territorio. La Constitución se creó con el objetivo de construir la unión nacional, afianzar la justicia y consolidar la paz interior.
Una vez lograda la independencia, se redactó un proceso que culminó el 1 de mayo de 1853 cuando diputados provinciales (con excepción de Buenos Aires), reunidos en la provincia de Santa Fe, dieron sanción definitiva a la Constitución Nacional de la República Argentina.
Las principales fuentes que funcionaron como modelos ideológicos, religiosos y estructurales, fueron la Constitución de los EE.UU. (1788), la Constitución de Chile (1833), el libro Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina de Alberdi, el Acuerdo de San Nicolás.
Nuestra Constitución establece como forma de gobierno la representativa, republicana y federal, el poder tripartito —ejecutivo, legislativo y judicial), el culto católico como religión oficial y al mismo tiempo la garantía de libertad de culto.
A lo largo de los años, la Constitución sufrió varias reformas. La última y que todavía sigue vigente fue la del año 1994, cuando se incorporaron nuevos derechos (Ley 24.309) incluyendo la elección Directa de Presidente y Vicepresidente, la inclusión de ballotage, la elección directa a tres senadores, la elección directa de jefes de Gobierno de CABA, la reducción del mandato presidencial, la creación del Consejo de Magistratura y el acuerdo del Senado por mayoría absoluta para la designación de los jueces de la Corte Suprema.