Más de la mitad de la superficie territorial de Israel, el país de Medio Oriente que tiene costa en el mar Mediterráneo, está cubierta por desierto. Así, la única fuente de agua dulce con que cuenta es el Mar de Galilea. Hoy, sin embargo, Israel se convirtió en una potencia mundial del manejo hídrico.
Dada su baja disponibilidad de agua, el país utilizó las gotas del mar Mediterraneo y las convirtió en agua dulce. En las últimas semanas, empezó circular un vídeo sobre el proceso que se realiza y que les ha permitido brindar el servicio a toda su población.
Las sensores de alerta de pérdida de agua, la cultura sobre el manejo responsable de los recursos hídricos, la incorporación de al menos cinco plantas desalinizadoras de agua, más la inserción del manejo de riego por goteo en la agricultura (que trabaja con agua reciclada), fueron algunos de los puntos estratégicos que desarrolló Israel para llevar adelante su proyecto y que por tal vio beneficiado al país.