El 13 de febrero de 1812 Manuel Belgrano propuso crear un símbolo nacional para unificar los colores del ejército. Por lo cual, el 18 de mayo del mismo año, el Triunvirato decretó el reconocimiento y uso de la Escarapela como insignia patria.
Aunque los documentos referidos al origen y a la razón por la cual se definieron sus colores son imprecisos, carecen de fuentes que garanticen la autenticidad de algunas versiones.
La Escarapela Nacional tiene los colores blanco y azul celeste, al igual que la bandera, para que los soldados pudieran distinguirse de los enemigos y fomentar el sentimiento de unidad y fuerza.
En 1935, el Consejo Nacional de Educación propuso reconocer este símbolo patrio en los calendarios escolares y como efeméride patria.