El Santo Cura Brochero, o José Gabriel del Rosario Brochero, llegó con su misión evangelizadora a África. El iniciador de esta propuesta fue el Padre Diego Cano, del Instituto El Verbo Encarnado Misionero en Tanzania, proveniente de San Rafael, Mendoza, que cumple la misión en el continente africano.

Cuando comenzó a acercar la palabra de Dios a sectores del país donde no se contempla, decidió visibilizar distintos santos que en las aldeas no eran conocidos. En la Crónica de su Misión en Tanzania, el Padre Cano afirmaba “era mejor para la evangelización, hacerles ver la riqueza de santos que tenemos, y así aumentar también su cultura cristiana”.

Él explicaba que en las aldeas eran siempre los mismos santos y que en algunos pueblos ni siquiera sabían de la existencia de otros. “Nosotros esperamos que esto sea otra forma de evangelizar, por medio de la imagen, de proponer a nuestros religiosos en formación la figura sacerdotal y misionera de un gran santo”.

Y así fue como nuestro Curita Santo llegó al otro continente. En honor a la devolución que el Padre Cano y su familia veneraba, comenzó acercar distintas figuras santas. Cano dió inicio por una especial, el Cura Gaucho Cordobés. “Comencé por elegir a muchos santos patronos de nuestro Instituto, (…) estaba ansioso de poder tener una capilla con el nombre de Santo Padre Brochero”.

El Padre Diego Cano lleva la evangelización de la fe cristiana a pueblos que, en muchos casos, no tienen fundador ni patrono. Eligió la aldea de Bughela para resguardar el primer acercamiento del padre santo en el lugar. Se trata de una pequeña aldea alejada de la ciudad, muy pobre, donde falta la comida, pero no la fé. En la capilla de este lugar, que hoy también lleva el nombre de José Gabriel del Rosario Brochero, colocó la estampa grande que le regalaron en el Museo de la casa de Brochero.

“El día de la canonización del santo el 16 de octubre de 2016, pensamos que tal vez sería la primera capilla dedicada a Brochero en el continente africano”. Asegurando que había sido elegida por el Cura Gaucho, para acrecentar la profesión de la fe de los lugareños. “El Cura santo el que ha querido esta capilla, para seguir en el cielo con el mismo trabajo que realizó en la tierra, despertando a los cristianos adormecidos”, afirmaba Cano en la crónica de su viaje.

Esa idea de seguir acercando el Santo Cura al continente africano “se concretó en mi último viaje a Argentina, en los primeros meses de 2021. Allí se pusieron en campaña para que el artista Julio Incardona, de Alta Gracia, provincia de Córdoba, termine una imagen en tiempo récord, para que podamos hacer bendecir antes de traerla”.

Según indica el Padre, él mismo se encargó de llevar la valija que partió a Buenos Aires en abril pasado, con escala en San Pablo, Etiopía, Malawi y finalmente en Tanzania. De ciudad capital, viajó mil kilómetros a la región de Dar es-Salam, la ciudad más poblada del país, situada en la costa este del continente africano, junto al océano Índico.

La obra, que al ser muy grande la fabricaron desarmable para poder llevarla divida en dos valijas, se terminó de armar al llegar al lugar de destino, al igual que su base, que fue armada por el Padre Cano (la del artista cordobés no pudo llevarse porque era muy pesada) utilizando materia prima de la región. Lo mismo sucedió con el esqueleto, fabricado con caños de pvc forrados con fibra de vidrio.

La escultura, fue presentada a los aldeanos en el marco de la Fiesta a la Virgen de Luján, a la que le tienen devoción, “El 8 de mayo fue el gran día, sobre todo por la alegría de celebrar a la Virgen de Luján, después de haber hecho la novena en su honor. La iglesia estaba repleta de gente”.

Luego de haber predicado la palabra de Dios y vivir la eucaristía, salieron todos juntos en procesión. “Al salir de la iglesia nos formamos para la procesión, con la imagen de la Virgen de Luján presidiendo, portada por las mujeres; y la imagen de Brochero más atrás, portada por los hombres”, indicaba el Padre Diego, “fue emocionante verlos caminando y misionando a Brochero”.

Esa jornada terminó entre cantos y bailes: “se hizo una ronda alrededor de las imágenes, y la gente expresó su profunda alegría al mejor estilo tanzanés (…) festejando a la virgen y al santo como se lo merecen”.

El Padre Diego, los tres sacerdotes que lo acompañan, religiosas y la imágen del Santo Cordobés junto con muchos otros más, tienen la misión de visitar aldeas alejadas de las ciudades africanas llevando y dando a conocer la palabra de Dios, la evangelización, el amor por la religión Católica Apostólica Romana y por sobre todo la fe.