Por Chino Serrano 
Solidaridad o barbarie
La vida constantemente nos da lecciones y variadas enseñanzas. Nosotros somos los que decidimos tomar de ella lo bueno o lo malo. Podemos asumir una actitud solidaria o mezquina. Podemos estar agradecidos o resentidos. Podemos buscar culpables o asumir la cuota de responsabilidad que nos toca. El presentir que se va a ganar o perder no debe ser la pauta predominante al decidir. Siguen existiendo las necesarias e imprescindibles personas que hacen algo bueno por alguien sin esperar recompensa. En un mundo que constantemente nos propone metas de orden personal como única premisa de progreso, estas almas evolucionan y encuentran una autosatisfacción en el momento de la entrega desinteresada en pos del sueño de otro.
Hay gente tan egoísta que se priva de hacer buenas acciones pensando que: “todo va a seguir siendo igual”, “nada va a cambiar», «todo ha sido así y va a seguir siendo así», e infinidad de excusas más que ponen por miedo a tomar riesgos. Es tanto el ego con que aseveran estos postulados que no tienen en cuenta que lo dicen desde la pobreza de un par de años de vida en la basta historia de la humanidad. Si hay una verdad universal esa es que todo cambia. Todo cambia a partir de una minúscula idea, es la columna vertebral más primitiva de una acción, parte de una sola persona y se ramifica en su entorno. Muchas veces buscamos alrededor pensamientos similares para afianzar los nuestros y estos no están tal vez porque somos los primeros en tenerlos. Hay cierta hidalguía en ser quien inaugura una idea y se necesita un perfil heroico para mantenerse firme. Se trata de esperar lo mejor del otro, de tener fe en los demás, de confiar primero y exigir después.
El sistema político hegemónico a nivel mundial, la economía reinante, nos pone precio y nos hace crecer bajo el credo de que la superación personal es el único camino a seguir. Esta nefasta religión ha llevado al mundo a una deshumanización extrema. Ante estas miserias algunos apuestan a la autopreservación. Somos seres esencialmente sociales, nuestra supervivencia depende de nuestra capacidad para afianzar voluntades mutuas. Los logros personales alcanzan su legitimidad cuando sirven a la comunidad. Poner en práctica la solidaridad es apuntalar nuestro vínculo con la sociedad, nuestro compromiso desacredita al egoísmo y envía un mensaje imprescindible a las generaciones venideras.
Días atrás me anoticié de que la hija de un amigo, Iván, necesitaba ayuda por un problema de salud. Sentí vergüenza por tomar conciencia de esta situación tan común en muchas familias recién ahora y haber esperado que un lazo personal despertara mi empatía ante estas situaciones. Juli está en tratamiento por un problema de salud y necesita un trasplante de médula para mejorar su calidad de vida. El próximo tres de agosto se va a estar haciendo la campaña de extracción de sangre en busca de posibles donantes compatibles. Tenemos la oportunidad de cambiar algo en nosotros y de cambiar algo en el mundo, que Juli y su familia sepan que no están solos. Cualquier pequeña intervención, por pequeña que esta sea, altera el curso del destino.
Ser buenas personas sigue siendo una excelente carrera para seguir en esta vida. Hagamos algo por alguien, hagamos algo por otro. Hacer algo por nada es hacer algo por todos. Seamos solidarios.
Chino Serrano es un reconocido músico, autor y compositor, productor artístico, escritor y maestro de guitarra de Villa del Rosario. Durante toda su carrera formó parte de distintas agrupaciones como guitarrista y bajista. En 2012 presentó el álbum Barro, con el dúo folclórico Marco Serrano, bajo el sello Universal Music. En 2017 participó como arreglista y guitarrista en la producción musical del material discográfico de Magalí Rosales. En 2019 publicó Guitarra Básica, Didáctica experimental, un libro donde recupera y sintetiza su experiencia como profesor en su taller de música “El Chunkano”.
