A pocos kilómetros del cementerio de Costa Sacate se encuentran las ruinas de la Capilla San José y la casa parroquial. Hoy a la vista están los vestigios de paredes de adobe aún en pié, el campanario y la escalera de acceso al mismo, devastados por el paso del tiempo.
Su historia data alrededor del 1700, estuvo por más de 100 años en posesión de la misma familia, posteriormente pasó a manos del convento Santa Catalina y después por una serie de ventas se fueron fraccionando los campos durante el siglo XIX.
La vida pública del oratorio con el tiempo se transformó en el centro aglutinador de una población rural que estaba muy dispersa en la zona y se le dio el nombre de La Pedanía.
Originalmente era construido en adobe con las características. propias de cualquier capilla rural de una Córdoba de finales del 1700, con una sacristía y una fachada muy simple, las cuales quedaron incrustadas y son las que se pueden ver del lado sur. Cada ampliación de la capilla está acompañada de un momento muy particular, ya sea por cambio de dueño o algún episodio histórico que lo marcaba.
En 1888, pasa a depender del curante de Río Segundo, mismo año en que el doctor Escalante, habitario de la capilla y los campos, dona al arzobispado el edificio, decidiendo construir una nueva torre campanaria que es la que vemos del lado norte, donde se podría acceder al coro con una escalera externa y al campanario.
Otra etapa que va a marcar hasta la actualidad se precisa de 1911, viendo la poca dimensión para tantos fieles que recibía se decide ampliar siete metros hacia adelante, restos visibles que se pueden apreciar hoy.
Actualmente, las ruinas de la capilla constituyen unos de los lugares de mayor valor histórico, arquitectónico y probablemente también arqueológico de la región, por encontrarse en sus inmediaciones restos de vida prehispánica, hispánica y criolla.
*Por Romina Felicioni.