Al menos 11 personas murieron y 89 resultaron heridas. Los 84 misiles golpearon la capital Kiev, Lviv, Ternopil y Zhytomyr en el oeste, Dnipro y Kremenchuk en el centro, Zaporizhzhia y Mykolaiv en el sur y Kharkiv y Konotop en el este

Rusia lanzó ayer una oleada de bombardeos coordinados y mortales contra varias ciudades de Ucrania, incluida la capital, y amenazó con réplicas “severas” en caso de nuevos ataques de Kiev, mientras el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, advirtió que las agresiones representan “otra escalada inaceptable de la guerra” y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, evaluó que muestran “la absoluta brutalidad” de su par Vladímir Putin y prometió mayor asistencia militar.
Al menos 11 personas murieron y 89 resultaron heridas tras la mayor campaña de ataques en meses, según la policía ucraniana. La agencia ucraniana Ukrinform le puso cifras al ataque: fueron 84 misiles de crucero y 24 vehículos aéreos no tripulados y Kiev logró destruir 56 objetivos, incluidos 43 misiles de crucero y 13 vehículos aéreos no tripulados.
Los bombardeos se producen en una aparente represalia a la explosión que destruyó parcialmente el sábado el puente que conecta la península de Crimea con Rusia continental, clave para el envío de suministros a las tropas rusas en Ucrania.
Dirigiéndose a su Consejo de Seguridad, el presidente ruso, Putin, aseguró que si continuaban los “intentos de ataques terroristas” por parte de Ucrania, las réplicas serán “severas”.
Su predecesor y número dos del Consejo de Seguridad, el expresidente Dmitri Medvedev, afirmó que los bombardeos solo eran el “primer episodio” y reclamó el “desmantelamiento total” del poder político ucraniano.
Desde Nueva York, Guterres, al mando de la ONU, evaluó que las agresiones “constituyen otra escalada inaceptable de la guerra”, según su portavoz, Stephane Dujarric.
Mientras, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, aliado de Putin, acusó a Lituania, Polonia y Ucrania de preparar ataques contra su país y anunció el despliegue de tropas conjuntas con Rusia.

“Ucrania deja de exportar electricidad debido a los ataques con misiles rusos contra instalaciones energéticas”, señaló un comunicado del Ministerio de Energía, que remarca la necesidad de Kiev de “estabilizar su propio sistema energético”. El jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, estimó por su parte que Putin está “desesperado a raíz de las derrotas en el campo de batalla”, y por eso usa “el terrorismo de los misiles para intentar cambiar el ritmo de la guerra a su favor”.
Los ataques a la capital renovaron los repudios de los aliados de Ucrania: Reino Unido tachó los ataques de “inaceptables”, la Unión Europea y Polonia dijeron que se trataba de “crímenes de guerra”, Francia prometió incrementar la ayuda militar y Alemania dijo que era inminente la entrega de un primer sistema de defensa antiaérea a Kiev.