El juicio se llevará adelante en el Tribunal Oral Federal de Córdoba Capital, tras una espera de cuatro años.
En la jornada del viernes, el matutino La Voz del Interior publicó una nota elaborada por el colega Federico Noguera sobre el inminente inicio del juicio por una red de financieras ilegales que operaban en Oliva, Oncativo y Laguna Larga.
El juicio se llevará adelante en el Tribunal Oral Federal I de Córdoba Capital, tras una espera de cuatro años.
Los imputados son Fabricio Nicolás Libra Puglié (49) y sus hermanos mellizos, Damián Edgardo “Pato” Libra Puglié (47) y Daniela del Luján Libra Puglié (47); Gladys Tomasetti (57); y Hernán Adelmo “el Chala” Torazza (51) están imputados por asociación ilícita e intermediación financiera no autorizada.
La fiscal María Marta Schianni comenzó la investigación de oficio luego de que en mayo de 2014 el programa ADN (Canal 10) alertara sobre la existencia y funcionamiento de una posible financiera ilegal.
A partir de las cámaras ocultas surgieron indicios de la existencia de una banda familiar –liderada aparentemente por Fabricio Libra Puglié– que operaba por fuera del mercado financiero legal, ya que las “empresas” carecerían de la autorización del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
Ninguno de los imputados estaba autorizado para operar como persona física o jurídica o como entidad financiera o cambiaria. Los domicilios de las “financieras” tampoco estaban autorizados para funcionar como sucursales financieras o cambiarias.
Llamativamente, las “financieras” cobraron popularidad por la difusión que tuvieron en medios de comunicación locales y a través de la cartelería dispuesta en Laguna Larga (con, incluso, el número de teléfono de Fabricio). De esta manera, ofrecían en Oncativo, Oliva y Laguna Larga servicios financieros al público en general.
Así, ofrecían a potenciales clientes diversas operaciones, desde préstamos y compraventa de divisas hasta el financiamiento de inversiones y la captación de ahorros mediante aportes de capital. También se detectaron descuentos de cheques (compra de cheques por un valor inferior al que figuraba en ellos).
Los movimientos eran registrados en un sistema informático remoto (con la incorporación de pen drive) creado por el analista en sistemas Germán Malano (luego sobreseído), a pedido de Fabricio. El mecanismo –que funcionaba en red entre las tres “cuevas”– les habría permitido llevar parte de la contabilidad en forma visible, mientras que la restante habría sido consumada de manera solapada para evitar los controles.
Habrían realizado préstamos a terceros bajo la modalidad de tarjeta de crédito, consistente en la adquisición de activos mediante los plásticos, cuyo posnet se encontraba habilitado a nombre de Daniela Libra.
Esto se descubrió por los registros hallados en un cuaderno marca Gloria secuestrado en Oliva, donde quedaron plasmados 35 tickets de operaciones por 143 mil pesos.
Entre las operaciones sobresalieron los préstamos con garantía prendaria, hipotecaria o con pagarés o cheques. La operación comenzaba con una verificación online del perfil del cliente en la web del BCRA y Norisk.com.ar y luego se instrumentaba mediante la suscripción de un contrato de mutuo (en blanco), de pagarés en pesos o en dólares (en blanco) y de un contrato de prenda y/o hipoteca en garantía.
La tasa de interés oscilaba entre el dos y cuatro por ciento mensual, dependiendo del plazo en el que se iba a devolver el préstamo.
Para la fiscal, adquirió relevancia otro cuaderno incautado en la “cueva” de Oncativo. En el cuaderno College XXI se reflejaron los movimientos no autorizados con el nombre del cliente, a quién debía cobrarse la prenda, el monto de la cuota a pagar, como la parte ya saldada, y el monto final de lo recaudado mensualmente.
En las facturas por operaciones de prenda además se detallaba el nombre de quien había recibido el préstamo, el monto mensual y Cuit del cliente. El modus operandi era similar en el caso de las operaciones efectuadas mediante cheques.
Por otro lado, se encontraron facturas emitidas por Fabricio en las que aparecía la leyenda “servicios de descuento de cheques” y “pagos de prenda”. El supuesto jefe de la banda habría dirigido las operaciones desde la casa central de Bulnes 699, de Oncativo, que habría abierto en 2006, varios años antes del inicio de las investigaciones.
Con el tiempo, Fabricio inauguró las “cuevas” de Oliva, a cargo de su hermana Daniela (analista de sistemas), y de Laguna Larga, dirigida por su hermano “Pato” Damián y “el Chala” Torazza.
Se prevé que declaren como testigos, entre otros, la expareja de Daniela y el padre de los Libra Puglié, quienes habrían aportado fondos en las “financieras”.
Uno de los elementos de peso que detectó la fiscal fueron las constancias auténticas de los juicios ejecutivos y abreviados iniciados por los imputados en los tribunales de Río Segundo en los que requerían la ejecución de prendas, garantías hipotecarias, pagarés en pesos y en dólares, cheques rechazados o sin fondo de diversas personas.