Putin y Xi, una «nueva era» en sus relaciones en plena tensión con Occidente por Ucrania
Los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, proclamaron este martes el inicio de una «nueva era» en sus relaciones, en una demostración de la fuerza de su alianza en medio de severas tensiones entre ambos países y Occidente por la guerra de Ucrania.
Putin expresó tras la cumbre un apoyo prudente a las propuestas chinas para encontrar una solución negociada al conflicto en Ucrania, iniciado hace más de un año con la invasión rusa.
«Numerosos puntos del plan de paz propuesto por China, pueden servir de base para una solución pacífica, cuando Occidente y Kiev estén dispuestos a ello. Pero no vemos por el momento disposición por su parte», declaró el mandatario ruso.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, aseguró en cambio, después de esas declaraciones, que invitó a China a dialogar y que espera hasta ahora «una respuesta», mientras que Estados Unidos afirmó hoy que una mediación no es «imparcial”.
Sobre la cumbre entre Putin y Xi, el comunicado emitido por Moscú destacó que ambos países «están muy preocupadas por el creciente refuerzo de los vínculos entre la OTAN y los países de la región Asia-Pacífico en relación a cuestiones militares y de seguridad» y acusan a la Alianza Atlántica de «socavar la paz y la estabilidad regionales».
También denuncia la influencia negativa de la estrategia de Estados Unidos guiado por una mentalidad de Guerra Fría, sobre la paz y la estabilidad en esa región.
China ya había alertado la semana pasada la «vía errónea y peligrosa» que a sus ojos abre el acuerdo firmado por Australia con Estados Unidos y Reino Unido para dotarse de submarinos de propulsión nuclear en la región del Indo-Pacífico.
Tras el encuentro con Xi, Putin anunció que ambos países alcanzaron un acuerdo para construir un gigantesco gasoducto que llevará gas de la región siberiana hasta el noroeste de China, un proyecto conocido como Fuerza de Siberia 2.
Según el líder del Kremlin, cuando el ducto entre en servicio podrá encaminar «50.000 millones de metros cúbicos de gas» hacia el gigante asiático.
Rusia -bajo sanciones occidentales por la ofensiva en Ucrania que afectan sus exportaciones energéticas- busca reorientar la producción de hidrocarburos rusos y la demanda de energía del gigante asiático, segunda economía mundial, parece ofrecerle inmejorables perspectivas.
Por otro lado, la visita de Xi a Moscú también representa un apoyo personal para Putin, sobre quien pesa desde la semana pasada una orden de captura por la Corte Penal Internacional (CPI) por acusaciones de deportación ilegal de niños ucranianos, consideradas como crímenes de guerra.
En ese marco, el mandatario de la superpotencia asiática indicó que había invitado a su homólogo ruso a China, este año, cuando pueda, pese a ese pedido de arresto del tribunal con sede en La Haya. Putin aseguró que ambos países tienen numerosos objetivos en común y alabó a China por su posición justa y equilibrada sobre los temas internacionales más urgentes.
En tanto, Xi declaró que China está dispuesta a mantenerse firmemente al lado de Rusia en aras de un verdadero multilateralismo.
Situación actual del conflicto Ucrania-Rusia
Mientras tanto, en el territorio, Ucrania aseguró este martes que varios misiles de crucero rusos fueron destruidos en Crimea, una versión desmentida por Rusia, que afirmó que repelió un ataque de drones en la anexada península ucraniana pero que otro alcanzó un oleoducto en el suroeste ruso.
«Una explosión en la localidad de Djankoi, en el norte de Crimea, destruyó misiles de crucero rusos ‘Kalibr NK’ cuando eran transportados por ferrocarril», informó la división de Información del Ministerio de Defensa ucraniano.
Rusia, por su parte, desmintió estas afirmaciones y dijo que abatió varios drones ucranianos en Crimea, unos días después de la visita que Putin efectuó a la península anexada por Moscú en 2014.