El terremoto de magnitud 7,5 en Japón deja un trágico saldo de 126 muertos y más de 200 desaparecidos.

Los rescatistas japoneses continúan rastreando entre los escombros, cinco días después del devastador terremoto de magnitud 7,5 que golpeó la prefectura de Ishikawa el día de Año Nuevo. Hasta el momento, se han confirmado 126 muertos y se estima que el número de víctimas fatales seguirá aumentando, ya que hay más de 200 personas desaparecidas.

El mal tiempo ha obstaculizado el trabajo de los socorristas y se espera que empeore con la llegada de nieve pronosticada para el domingo. Además, las rutas están casi inutilizables debido a los daños causados por el terremoto. 

A pesar de las dificultades, los esfuerzos de rescate continúan en Suzu, donde decenas de hogares quedaron en ruinas. Incluso los perros de búsqueda y rescate están ayudando en las labores de búsqueda, entrenados para detectar a personas entre los escombros.

En cuanto a los daños materiales, se han reportado casas destruidas, barcos pesqueros hundidos y costas afectadas por el tsunami provocado por el sismo. Las réplicas del terremoto también han sacudido la región, causando más deslizamientos de tierra y un incendio de gran magnitud. Los residentes afectados están lidiando con la devastación, como es el caso de Hiroyuki Hamatani, quien relató: «La casa quedó en pie, pero no es habitable … No tengo espacio en mi mente para pensar en el futuro».

Además de los daños materiales, miles de hogares se encuentran sin electricidad y agua potable, afectando a hospitales y facilidades de asistencia para personas mayores y con discapacidad. Más de 31.400 personas han sido alojadas en albergues y muchas comunidades permanecen aisladas.

Japón es un país acostumbrado a los sismos, pero este terremoto ha dejado una profunda huella. En 2011, un terremoto submarino de magnitud 9 y el posterior tsunami causaron una tragedia aún mayor, con miles de muertos y desaparecidos, así como el desastre nuclear de Fukushima.

A medida que los esfuerzos de rescate continúan y se evalúan los daños, Japón se enfrenta a la difícil tarea de reconstruir y brindar apoyo a las comunidades afectadas por este desastre natural.