
Israel aprueba históricamente la producción de carne vacuna sin utilizar animales.
Israel se ha convertido en el primer país en aprobar la producción y venta de carne vacuna sin utilizar animales. Esta decisión representa un avance global en el campo de las proteínas alternativas y marca un hito en la seguridad alimentaria, la protección del medio ambiente y el bienestar animal.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, celebró lo que consideró «un avance global» en la industria alimentaria. Hace tres años, se formó un equipo encabezado por el Director General de la PMO, con la participación de varios ministerios, con el objetivo de promover el desarrollo de proteínas alternativas. El equipo trabajó en estrecha colaboración con empresas y científicos para lograr este importante hito.
Gracias a los esfuerzos del equipo, este año se otorgaron los permisos reglamentarios para la producción de leche sin utilizar vacas y, ahora, para la producción de carne sin utilizar animales. Esta innovadora tecnología permite cultivar carne en laboratorio a partir de células de animales, evitando así la necesidad de criar y sacrificar animales para obtener carne.
El primer ministro Netanyahu destacó que esta aprobación es un logro significativo para la seguridad alimentaria, la protección del medio ambiente y la preocupación por el bienestar animal. Además, resaltó que Israel se convierte en el primer país en aprobar la venta de carne cultivada, lo que lo posiciona como líder en el campo de las proteínas alternativas.
Durante el último año, Netanyahu ha mantenido reuniones y giras con empresas de carne cultivada, así como con líderes económicos que apoyan esta tecnología. La cooperación entre los ministerios gubernamentales y las empresas ha sido fundamental para lograr este avance y sentar las bases para un futuro de producción de alimentos más sostenible y ético.
La producción de carne vacuna sin utilizar animales no solo tiene beneficios para el bienestar animal, sino también para la seguridad alimentaria y el medio ambiente. Al evitar la cría masiva de animales para la producción de carne, se reduce la emisión de gases de efecto invernadero y se utiliza menos agua y tierra. Además, se eliminan los riesgos asociados con enfermedades transmitidas por la carne y se garantiza un mayor control de la calidad y la inocuidad de los alimentos.
Esta decisión histórica de Israel abre las puertas a un futuro en el que la producción de carne no dependa de la cría intensiva de animales. Es un paso importante hacia un sistema alimentario más sostenible y ético, que promueve el respeto por los animales y el cuidado del medio ambiente.