La comandante del Comando Sur de Estados Unidos (Southcom), general del Ejército Laura Richardson, llegó anoche a Buenos Aires para iniciar una visita oficial de tres días, en los que tiene previsto reforzar los lazos bilaterales y la asociación estratégica entre ambos países.
“Los vínculos entre nuestras Fuerzas Armadas son tan firmes y arraigados como los vínculos entre nuestros ciudadanos”, dijo Richardson en declaraciones difundidas de manera oficial poco después de su aterrizaje en el Aeroparque metropolitano. Y agregó: “Estamos comprometidos a trabajar estrechamente con Argentina para que nuestros esfuerzos colaborativos en seguridad beneficien a nuestros ciudadanos, nuestros países y nuestro hemisferio de manera duradera y positiva. Estoy feliz de volver a Argentina y aprender más sobre este hermoso país”.
Más allá de las cuestiones protocolares, la presencia de la general Richardson expondrá la preocupación de Washington en el avance de China en la región y, más precisamente, en dos enclaves que gravitaron en las noticias de las últimas horas: Neuquén y la base científico-militar que opera China, y Ushuaia, donde el gobernador Melella está interesado en permitir una inversión del gigante asiático en el desarrollo de un puerto de aguas profundas que sería el más austral del planeta.
Richardson, que llegó junto con la asesora especial Sara-Ann Lynch y una decena de oficiales y expertos en defensa, tiene previsto desplegar aquí una intensa agenda de actividades, que comenzará hoy con una reunión junto al embajador de los EEUU en Argentina, Marc Stanley, en Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Defensa, Luis Petri, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, el brigadier general Xavier Isaac, y otros funcionarios.
No se descarta que durante estas reuniones el presidente Javier Milei pueda tener un contacto con la representante más importante para América del Sur de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos. Según trascendió, en las conversaciones se abordará el refuerzo de la colaboración militar de larga data entre ambas naciones, destinada a reforzar la seguridad regional y promover intereses comunes.
Su visita de tres días incluye una escala en Ushuaia, donde interactuará con personal militar local para conocer sus misiones y el papel fundamental que desempeñan en la salvaguardia de rutas marítimas vitales para el comercio global. Es aquí donde aparece una de las preocupaciones más importantes del gobierno de Estados Unidos, ya que una de las prioridades que se impuso Beijing es avanzar con proyectos de infraestructura en países en desarrollo que los vuelvan más dependientes.