Visiblemente emocionado tras presenciar un largo acto en memoria de las víctimas del Holocausto y del terrorismo de Hamas, el presidente Javier Milei subió ayer por la noche al escenario de la sala sinfónica del Centro Cultural Kirchner (CCK).
El mandatario nacional fue el último orador en el acto organizado por la DAIA, brazo político de la comunidad judía en la Argentina, y por el Museo del Holocausto que, además de la Shoá, conmemoró el histórico levantamiento en el gueto de Varsovia, ocurrido el 19 de abril de 1943.
En ese contexto, el jefe de Estado ratificó efusivamente su alineamiento con Israel y cuestionó en duros términos “al resto de los líderes del mundo libre, en especial a aquellos de las grandes naciones, que deberían ser los pilares de la libertad a nivel global”.
“Los miro y veo, en algunos, indiferencia y en otros, miedo a pararse del lado de la verdad. Hoy el mundo calla mientras aún hay más de 100 secuestrados sufriendo, de los cuales ocho son compatriotas argentinos”, remarcó.
En este sentido, Milei advirtió que existe “un recrudecimiento tanto del fanatismo islámico intolerante como del antisemitismo en sus distintas versiones”, pero que muchos países no lo condenan “con la tajante condena y firme acción que les demandan, sino con incomodidad y gestos ambiguos”.
“Cuando el mundo calla, nosotros tenemos la obligación de hablar, porque es el silencio de los buenos lo que permite la barbarie de los malos. Y porque hablar, mirar de frente y no hacer la vista gorda a pesar de que sea difícil, a pesar de que para muchos sea inconveniente, es la única forma de que la Shoá no se repita”, sostuvo.
La participación del Presidente en este acto de la DAIA y el Museo del Holocausto fue una señal más de acercamiento por parte del libertario, no solamente al mundo hebreo, sino también a Israel, que fue su segundo destino oficial tras asumir al frente de la Casa Rosada.