El porteño dominó con autoridad la pelea ante un rival que lo duplicaba en experiencia
El argentino Fernando “Puma” Martínez (17-0-0, 9KO’s) realizó una brillante presentación para conservar su título supermosca de la Federación Internacional de Boxeo (FIB) y agenciarse el cinturón de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), al derrotar por decisión unánime al japonés Kazuto Ioka (31-3-1, 16KO’2), en el choque estelar de una cartelera que se llevó a cabo ayer en el legendario escenario de sumo Ryogoku Kokugikan, de Tokio, Japón.
Fueron 12 asaltos cargados de dramatismo e intensidad, en los que Martínez llegó decidido a lanzar su ofensiva en todo momento, mientras Ioka desplegó su buen boxeo, técnica y capacidad de contragolpeo.
Pero al final, la victoria de Martínez fue clara, aunque excesiva en una de las tarjetas, la del estadounidense Edward Hernández que vio ganar todos los rounds al púgil nacido y criado en el barrio de La Boca con una puntuación de 120-108, algo que en realidad no ocurrió. Los otros dos jurados también otorgaron una clara victoria al gladiador argentino, el sudáfricano Stanley Chirstodoulou (116-112), y el belga Jean Pierre Van Imschot (116-112).
El primer asalto de la pelea debería ser guardado en un lugar especial en la memoria de los amantes del boxeo.
Martínez empezó muy agresivo, Ioka respondió, pero el argentino lo superó ampliamente en cantidad de golpeo. Muy bien el “Pumita” con sus ganchos que se estrellaron constantemente en la humanidad de Ioka, en un festín de golpes. Este primer asalto fue prometedor, por la cantidad de golpes y agresividad de ambos peleadores que nos hicieron recordar épicos primeros asaltos de la historia.
Con menos intensidad que ese primer round que no tuvo nada de estudio, pero con similar agresividad, puntería y determinación, Martínez fue sumando asaltos ante un adversario que, por momentos, se prendía en los cambios de golpes pero siempre terminaba siendo desbordado por las andanadas del argentino.
Su capacidad de absorción, y su corazón de campeón mantuvieron en pelea a un Kazuto Ioka, que haciendo gala a la historia de los samurai nipones siguió en la batalla, aún siendo superado. Con su técnica depurada y experiencia le arrebató un par de rounds al argentino, que durante el transcurso del combate siempre fue quien propuso, quien lanzó y pegó más y mejor, diferencia que se tradujo en los números favorables que tuvo en las tres tarjetas.