Se investigan 21 muertes de ballenas en Puerto Madryn; se sospecha de toxinas de algas.
En las últimas semanas de octubre, la costa de Puerto Madryn fue escenario de un hallazgo preocupante: 21 ballenas aparecieron muertas en apenas 10 días, generando conmoción y alerta en la comunidad científica y en la población local.
Las causas de estos decesos están bajo investigación, pero los especialistas sospechan que el consumo de algas tóxicas podría ser el origen.
Mariano Coscarella, investigador del CONICET y docente en la Universidad de la Patagonia, explicó que aunque la muerte de ballenas preocupa, es relevante considerar que la población de estos cetáceos ha ido en aumento desde 1999.
Según el censo de ballenas, el número de animales alrededor de la Península Valdés ha pasado de 500 adultos y 70-100 crías en 1999 a 1,500 adultos y casi 550 crías en la actualidad.
Coscarella destacó que a mayor cantidad de ballenas, es estadísticamente posible que se registren más decesos.
En 2023 se contabilizaron 71 ballenas muertas, de las cuales 50 eran crías, 18 adultos y 3 juveniles.
Estos números, levemente superiores a los habituales, han suscitado la hipótesis de que toxinas de ciertas algas podrían estar vinculadas a estas muertes.
Aunque aún no se confirma si los cuerpos hallados en octubre tienen rastros de estas toxinas, en 2022 se comprobó la presencia de sustancias tóxicas en ballenas fallecidas, lo que refuerza la hipótesis para los casos recientes.
Coscarella explicó que ciertos tipos de algas liberan toxinas nocivas para las ballenas, y aunque no es posible controlar la reproducción de estas algas, ni el consumo de las ballenas, destacó que la población de cetáceos sigue en aumento.
Esto indica que, por ahora, no enfrentan un riesgo inminente de desaparición.
Posible relación con toxinas de algas
Las toxinas en el agua se consideran una posible causa de estas muertes, debido a que en años anteriores también se detectaron toxinas en ballenas fallecidas.
No obstante, algunos cuerpos han sido analizados en estado avanzado de descomposición, lo cual complica la confirmación de esta hipótesis.
La comunidad científica continúa con los estudios, y aunque se carece de certezas, se mantiene el esfuerzo por identificar las causas exactas de este fenómeno.