El 30 de marzo de 2023, la modelo de Instagram brasileña Emmily Rodrigues cayó de una de las ventanas del departamento del empresario Francisco Sáenz Valiente en la calle Libertad, zona de Retiro, seis pisos hacia un patio de piedra
La autopsia a su cuerpo reveló un extenso daño compatible con la caída misma. El estudio toxicológico a su sangre y sus vísceras demostró los rastros de la fiesta de consumo de droga previa a su muerte. con resultados positivos para MDMA, ketamina y cocaína, además de alcohol y marihuana.
El empresario fue detenido tiempo después, en una causa a cargo de los fiscales Santiago Vismara y Mariela Labozzetta, titular de la UFEM, defendido por los abogados Facundo Orazi y Rafael Cúneo Libarona, acusado inicialmente del delito de intento de femicidio, una imputación que fue retirada por los fiscales.
Luego, lo acusaron del delito de abandono de persona, a pesar de que Sáenz Valiente había llamado al 911 tras la caída de Emmily. Finalmente, la Sala VI de la Cámara porteña confirmó su procesamiento en junio del año pasado por el delito de homicidio culposo en concurso ideal con el suministro de los estupefacientes. La Justicia, que le prohibió salir del país y ordenó que se le instale una tobillera electrónica, razonó que las drogas y el alcohol que el empresario le dio a la modelo llevaron al cuadro que terminó en su muerte.
Hoy, un año y ocho meses después, el caso continúa. El 7 de noviembre último, Labozzetta y Vismara pidieron al juez Luis Schelgel la nueva indagatoria de Sáenz Valiente por el delito de homicidio culposo, así como el abandono de persona, figura con la que insistieron.
También, pidieron que se le quite el rol de testigo y se cite a declaración indagatoria a una figura clave de aquella noche: Juliana Magalhaes, médica, también brasileña, amiga de Sáenz Valiente y de Emmily por igual. De acuerdo a las pruebas del caso, Juliana fue quien presentó a la víctima y a su posible victimario. Según confirmaron fuentes del caso, ambos pedidos fueron aceptados por el juez.
“Se acreditó que Sáenz Valiente suministró drogas prohibidas por la ley y que facilitó su domicilio particular para el encuentro. Así también, que el consumo se prolongó por varias horas y que, pese al estado de excitación psicomotriz que padecía la víctima, omitió impedir que esta siguiera consumiendo estupefacientes y requerir, a tiempo, la asistencia médica que la situación ameritaba. Estos actos crearon una situación de peligro concreto en la salud de la víctima que se concretaron en el resultado reprochado”.
“Si bien en un primer momento se puede sostener que la víctima consumió en forma libre y autónoma los estupefacientes, la duración del evento y la situación en la que se encontraba, tal como surge de la prueba testimonial incorporada, amerita evaluar que el imputado podía reconocer que Rodrigues no estaba en condiciones de continuar tomando las sustancias que él le había proveído y que requería de una asistencia médica”.
“Por su parte, Magalhaes Mourao fue quien llevó a Rodrigues a la reunión y permaneció allí durante todo su transcurso, y no obstante su condición de profesional de la salud -médica-, no actuó como tal para prevenir el desenlace fatal en definitiva sucedido. No asistió a Emily cuando se descompensó psíquicamente producto del consumo de estupefacientes y tampoco intervino cuando Sáenz Valiente le pidió ayuda, mientras forcejeaba con Rodrigues cerca de la ventana antes de su caída”.
Su conducta supuestamente negligente, continuaron los fiscales, “elevó el riesgo en la salud de la víctima, riesgo que como dijera, se concretó en el fatal desenlace”. “Así pues, compartiendo con Sáenz Valiente la posición de garante respecto de la víctima, le es comunicable entonces, la responsabilidad culpable por su fallecimiento”, concluyeron.
La chance del trabajo sexual sobrevuela el nuevo planteo en el caso. Labozzetta y Vismara sospechan que “Magalhaes Mourao facilitaba la prostitución”, con un grupo de mujeres al que hacía llamar “las chicas”. Apuntan a un audio que es parte de la causa, donde se le escucha a Sáenz Valiente decirle “y las chicas para que están, viste porque yo estoy acá con mi amiga, nada, parece la isla de la fantasía, estamos desnudos, con calor, transpirando, haciendo cucuta”. En el texto, por lo menos, no se explica qué es “hacer cucuta”.
En su escrito, los fiscales también se preguntan si acaso hubo una oferta de dinero: “Se encontró una importante suma de dinero en la cartera de Rodrigues, que daría cuenta de un pago en efectivo, de aproximadamente unos $ 62.000, que versaría sobre un ofrecimiento sexual, teniendo en consideración la escena del crimen y que Rodrigues fue encontrada desnuda (y su ropa en la cama)”, aseveraron.
Otras fuentes del caso, sin embargo, estiman que, dado el nivel de vida que Rodrigues ostentaba en Instagram, el número no suena razonable. Una amiga de Emmily, ampliamente mencionada en la causa, fue señalada por supuestamente entrar al departamento de Caballito menos de un día después de su muerte para llevarse 90 mil dólares y 600 mil pesos, así como joyas y, lo más preocupante de todo, una computadora Apple.
Facundo Orazi, defensor de Sáenz Valiente, asegura: “Hay una contradicción grave en la postura de los fiscales. Al mismo tiempo le imputa homicidio culposo, lo que dice la cámara, que es un delito de acción. También, abandono de persona, que es un delito omisivo. Dicen que hizo y no hizo al mismo tiempo. Es contradictorio”.
Por lo pronto, Magalhaes no fue acusada del delito de trata de personas. Mientras tanto, Sáenz Valiente enfrentará una nueva audiencia en los tribunales la semana próxima, donde intentará que le quiten la tobillera en su pierna, algo aprobado por el juez del caso pero apelado por la querella de la familia Rodrigues.