Desde las profundidades del monte cordobés hasta las páginas de la literatura argentina, la historia de María Elena Arrieta es un testimonio de esfuerzo, vocación y amor por la palabra
Nacida en Obispo Trejo, esta maestra rural jubilada dedicó 30 años de su vida a la enseñanza en una pequeña escuela del paraje Bandurrias, donde formó generaciones de niños con una entrega inquebrantable.
Luego de su jubilación en 2002, la literatura se convirtió en su nuevo camino. Su primer libro, «El Ombú» (2006), marcó el inicio de una prolífica carrera que hasta la fecha cuenta con nueve publicaciones. Con una mirada sensible y arraigada a su tierra, María Elena ha sabido plasmar en sus relatos la esencia de los personajes rurales y las costumbres de un mundo que, poco a poco, va desapareciendo.

En su obra destacan títulos como El Obispo Trejo de mi infancia, Pinceladas trejenses, y Mordida letal, una novela con tintes de realismo mágico. Su incursión en la literatura infantil con Batuke, memorias de un perro sin dueño, basada en la historia real de un perro callejero de Jesús María, tuvo una gran repercusión en las escuelas y en el público lector.
Durante la entrevista, María Elena compartió anécdotas sobre su experiencia como escritora y docente. Cuando le preguntaron cómo fue la transición de la enseñanza a la escritura, respondió: «Nunca imaginé que escribiría libros. Todo comenzó con un discurso de despedida, luego una poesía para mis alumnos, y cuando vi la emoción en sus rostros, supe que había algo más por explorar».
Sobre los desafíos de publicar desde el interior, comentó: «Es un camino difícil. Muchas editoriales piden inversiones que no siempre son accesibles. Yo he trabajado con Tinta Libre porque se preocupan por la calidad y la difusión del libro».
Cuando se le preguntó si considera que la lectura ha disminuido, señaló: «Depende del lugar. En algunas zonas rurales, los niños y adultos siguen disfrutando del libro en papel. En las ciudades, lo digital ha ganado mucho terreno, pero siempre hay lectores fieles».
A pesar de los desafíos de la autogestión editorial, María Elena ha logrado posicionarse en la escena literaria, participando en antologías, encuentros y ferias del libro. Su compromiso con la escritura y su esfuerzo por mantener viva la memoria rural la han convertido en un referente cultural para su región.
Actualmente, trabaja en una nueva novela sobre la vida en un orfanato y evalúa la posibilidad de una secuela de Batuque. Mientras tanto, sigue recorriendo escuelas, compartiendo su experiencia y promoviendo la lectura entre las nuevas generaciones.
La historia de María Elena Arrieta es la de una docente que no se detuvo al dejar el aula, sino que transformó su vocación en palabras que hoy llegan a cientos de lectores, manteniendo vivo el espíritu de su infancia en Obispo Trejo y de los años dedicados a la enseñanza en el monte cordobés.