El Gobierno nacional considera que los precios de la ropa y el calzado están caros en comparación con la región, pero en el sector aseguran que eso se debe al atraso cambiario y a la presión impositiva
Después de bajar aranceles a muchos productos durante el año pasado, el Gobierno avanzará con una fuerte reducción de impuestos a la importación de ropa y calzado, con el objetivo de que bajen los precios localmente.
Así lo anunció el ministro de Economía, Luis Caputo, en su red social X: “Con el objetivo de bajar los precios locales y aumentar la competencia, vamos a rebajar los impuestos a la importación de ropa, calzado y telas”. “A partir de un Decreto que se publicará en los próximos días en el Boletín Oficial, serán reducidos los aranceles de ropa y calzado, que pasarán de 35% a 20%; de telas de 26% a 18%; y de los distintos hilados de 18% a 12, 14 y 16%”, anunció el ministro.
Caputo justificó la decisión en que “La Argentina sigue siendo el país con la indumentaria más cara en la región y en el mundo”. Según precisó, un relevamiento sobre productos de marcas internacionales indica que una remera cuesta en Argentina 310% más que en España y 95% más que en Brasil. De la misma manera, una campera cuesta en Argentina 174% más que en España y 90% más que en Brasil. “Seguimos reduciendo impuestos y aranceles para fomentar la competencia y continuar bajando la inflación”, aseguró.
La decisión ya estaba tomada desde hace tiempo y, de hecho, funcionarios del Gobierno se lo habían comunicado a referentes del sector en los últimos días. El objetivo oficial era alcanzar los valores arancelarios que tienen en los países limítrofes, como Uruguay, que también cobra 20% a las importaciones, además de un 5% de tasa consular. Paraguay, en tanto, cobra 10% al ingreso de ropa y calzado. “Paraguay tiene los impuestos más bajos, Uruguay en el medio y Argentina el más alto”, dijo un empresario que tiene negocios en los tres países.
En el sector ya percibían la preocupación sobre una posible rebaja de aranceles, que ya estaba en estudio en la Secretaría de Industria desde hace tiempo. La reacción del sector fue muy negativa y en las empresas advierten que lo que se viene es un “industricidio”.
La respuesta del sector es que todos los precios están caros en dólares porque sigue habiendo inflación y el dólar se estancó, además de la fuerte incidencia impositiva.