Las devastadoras consecuencias de los terremotos en Myanmar y Tailandia han dejado al menos 150 muertos y edificios derrumbados.
La región asiática se vio sacudida por un sismo de gran magnitud que registró 7,7° en la escala de Richter, desencadenando caos y destrucción en Myanmar y Tailandia.
Las impactantes imágenes capturaron el movimiento de edificios colosales y el desplome de una torre de 30 pisos en construcción en Bangkok, donde varios trabajadores quedaron atrapados entre los escombros.
En Tailandia, la Primera Ministra declaró la capital como «zona de desastre» debido a la magnitud de los daños. Aunque se confirmó inicialmente una muerte, decenas de personas seguían desaparecidas, sumiendo a la región en una profunda preocupación y tristeza.
Las escenas de desesperación se multiplicaron, incluyendo la inundación de una peatonal por agua de una piscina en lo alto de un edificio.
El impacto de los terremotos se extendió también al sur de China, donde se reportaron consecuencias por réplicas. La tragedia ha dejado una estela de destrucción y devastación en la región, generando un llamado urgente a la solidaridad y la ayuda humanitaria.