La legisladora Brenda Austin en diálogo con Hechos, se refirió a los motivos de su visita al departamento Río II
¿Cuál fue el motivo de tu visita al departamento? ¿En qué localidades estuvo y qué la llevó a esta “mini gira”?
La iniciativa surge del legislador Lucas Valiente, con la intención de encontrarnos con jubiladas, principalmente docentes, del departamento. Ellas están impulsando una iniciativa popular en Córdoba, juntando firmas para presentar un proyecto de ley en la Legislatura. El objetivo es que se discutan aspectos por los que venimos peleando hace tiempo, pero que el oficialismo provincial se niega a tratar.
Hablamos, por ejemplo, de la recuperación del 82% móvil, la eliminación del diferimiento y el descuento que llaman “aporte solidario”, que en el caso de las jubiladas viudas es casi un 20% y es confiscatorio.
Esta iniciativa está teniendo eco en distintas localidades, impulsada por jubiladas que decidieron hacer de esto una causa propia. En las dos localidades que visitamos, nos reunimos con grupos de mujeres, docentes jubiladas y también retirados de la policía, que han estado trabajando fuertemente para juntar firmas en su localidad. Compartimos inquietudes, preguntas sobre cómo podría continuar el procedimiento legislativo y nos contagiaron optimismo por el nivel de compromiso que muestran.
En Villa del Rosario, por ejemplo, estuvieron paradas en la esquina de la comisaría invitando a los vecinos a firmar. También hicieron recorridas por hospitales e instituciones públicas para concientizar sobre la situación. La gente sabe que en Córdoba las jubilaciones son de miseria y que no se cumple con el 82% móvil que exige la Constitución. Hay casos de jubiladas que cobran menos del 62% de lo que cobra un activo.
Una vez que se consigan las firmas, ¿qué cree que puede pasar en la Legislatura?
Primero, esperamos que el oficialismo tome nota de la legitimidad del reclamo. Estas mujeres juntaron entre 30 y 40 mil firmas. El año pasado ya habían presentado el proyecto, pero desde la Legislatura se los rechazaron diciendo que las firmas tenían que estar certificadas por escribano público. Algo totalmente absurdo que no está en la ley.
Sorteando ese obstáculo, se reunieron con la jueza electoral, quien habilitó que las firmas puedan certificarse en comisarías. Un desafío enorme. Y aun así, están muy cerca de lograrlo. Miles de cordobeses hicieron el esfuerzo con un objetivo claro: que los legisladores del oficialismo abran el debate.
Mi expectativa es que no aparezca ahora ninguna traba formal, porque eso sería faltarle el respeto a este grupo enorme que busca hacerse escuchar. También espero que tengan la capacidad política de sentarse a discutir. El proyecto incluye la restitución del 82%, pero también otros temas como el diferimiento y el descuento del 20% a jubiladas viudas.
¿Existen antecedentes de que la Legislatura haya tratado temas presentados por iniciativa popular?
Que yo recuerde, no hay antecedentes. La ley de iniciativa popular es viejísima, habla de una Legislatura bicameral y, además, no está reglamentada. Eso permitió al oficialismo poner trabas, como pedir certificación por escribano.
Pero lo positivo es que esto es un hecho histórico: jubilados comunes, ciudadanos de a pie, golpeando la puerta de la Legislatura con un proyecto. No para que se apruebe a libro cerrado, sino para que se discuta. Espero que el oficialismo no sea tan necio y sordo como para negarse. Que expongan sus razones, que debatamos. No es lo mismo que le digan que no a un legislador, que a 30.000 o 40.000 cordobeses que están esperando una respuesta.
¿Hay compromiso en el territorio por parte de otros legisladores además de usted y Lucas Valiente?
Sí, nuestro bloque viene siguiendo este proceso muy atentamente, aunque también fuimos muy respetuosos. Esta es una iniciativa que no impulsamos nosotros, sino que nace de un grupo apartidario de jubiladas de diferentes ámbitos. Ellas lograron organizarse, movilizarse, armar grupos de WhatsApp y redes sociales. En el interior, esto se siente con mucha fuerza.
La mayoría de las firmas viene del interior. Nosotros estamos a disposición. Ellas tienen un Instagram que se llama “Iniciativa Popular”, donde comparten videos y mensajes de apoyo de legisladores de otros bloques opositores, como Rodrigo Agrelo o Luciana Echeverría. Todos estamos expectantes.
¿Por qué cree que los medios masivos de la capital no le están dando espacio a esta movilización?
Porque hay una verdad innegable: el gobernador destina una enorme cantidad de recursos a los grandes medios. Esa pauta escandalosa, que denunciamos muchas veces, le permite elegir qué se dice y a quién se le da micrófono.
Las jubiladas, en cambio, están usando sus redes. Algunos videos se hicieron virales, circulan por grupos, boca en boca. Eso es muy poderoso. Hay un cerco mediático claro, y sin embargo, estas jubiladas no se detienen.
Esto que está creciendo desde abajo, no se puede tapar con la mano. La bronca, la indignación, el saber que aportaron toda la vida y que hoy les roban lo que es suyo, no se va a detener. Las firmas que ya juntaron lo demuestran.
¿A veces da la sensación de que el gobierno provincial critica al gobierno nacional, pero aplica las mismas políticas en Córdoba?
Coincido. Es rasgarse las vestiduras con la billetera ajena. ¿Y con la propia qué pasa? ¿Qué pasa con los jubilados en Córdoba? ¿Con las prestaciones de discapacidad? ¿Con los salarios docentes?
A veces es más fácil señalar al otro en vez de hacerse cargo. Córdoba es una de las provincias más ricas del país, pero también con mucha pobreza y sectores muy afectados: jubilaciones, docentes, salud. La gente lo percibe.
Celebro muchas obras públicas, pero también es momento de mirar a la gente. ¿La prioridad es una ciclovía en altura en Córdoba capital o recomponer los salarios docentes?
¿Cómo ve la realidad de Córdoba?
Respecto a Córdoba, creo que hay una cuestión institucional grave. Llevamos más de 25 años con el mismo partido en el poder. Se debilitan los mecanismos de control. Tengo confianza en que tenemos la obligación de construir una alternativa para 2027, para que haya un cambio que oxigene el poder. Porque cuando alguien se cree dueño del poder, deja de escuchar. Y eso es lo que está pasando en Córdoba.