En cadena nacional, el Presidente defendió el déficit cero y anunció medidas fiscales más estrictas
En cadena nacional, Javier Milei volvió a plantar bandera con su política de déficit cero. Con cifras propias en mano, aseguró que la inflación pasó de 300% interanual a 25% y que la pobreza y la indigencia se redujeron drásticamente. “No hay plata” volvió a ser la frase de cabecera, pero esta vez acompañada de dos anuncios: prohibir por ley que el Tesoro se financie con emisión y sancionar a legisladores que aprueben gastos sin respaldo.
El Presidente sostuvo que el Congreso busca “tirar a la basura” el sacrificio de este año y medio con proyectos que, según sus cálculos, sumarían un 2,5% del PBI al gasto público. Equiparó esas iniciativas a endeudarse en más de 300.000 millones de dólares y las calificó de “engaño demagógico”.
En lo económico, Milei defendió la idea de que la inflación es un fenómeno exclusivamente monetario, apuntando contra la emisión como causa raíz. Prometió que para mediados del próximo año la inflación “desaparecerá por completo”.
En lo político, dejó claro que no está dispuesto a negociar su hoja de ruta. Incluso advirtió que vetará cualquier ley que comprometa el superávit fiscal: “Si quieren volver atrás, me van a tener que sacar con los pies para adelante”.
Lo positivo para el ciudadano:
El plan económico mantiene una línea clara y evita medidas improvisadas.
La reducción de la inflación, si se confirma, alivia el poder adquisitivo.
Las reglas fiscales propuestas podrían prevenir crisis futuras.
Lo negativo para el ciudadano:
La dureza del ajuste no se traduce en mejoras inmediatas para todos.
El discurso deja poco margen para acuerdos políticos, lo que puede trabar leyes necesarias.
Los datos presentados no incluyeron otras mediciones oficiales que podrían matizar los logros.
La cadena nacional no solo fue un balance económico, sino un mensaje de campaña. Milei presentó la elección legislativa como un plebiscito: “responsabilidad” o “realismo mágico”. Lo que queda claro es que su apuesta es todo o nada: blindar el déficit cero, aunque el costo político sea alto.