Un fósil descubierto en Devon podría cambiar lo que se conocía sobre el origen de los lagartos. Se trata de Agriodontosaurus helsbypetrae, una especie diminuta de 242 millones de años que presenta una combinación inusual de rasgos: ausencia de dientes en el paladar, cráneo rígido y dientes grandes y afilados.

El estudio, realizado mediante escaneos con sincrotrón, obligó a los científicos a replantear la evolución de los lepidosaurios, el grupo que hoy reúne a más de 12.000 especies, entre ellas lagartos, serpientes y el tuátara.
Para los investigadores, este hallazgo indica que la diversidad temprana del grupo fue mucho mayor de lo que se creía y muestra cómo estos animales desarrollaron distintas estrategias adaptativas antes incluso de la aparición de los dinosaurios.




