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Expertos israelíes llegan a nuestro país

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Este sábado llegó a la Argentina una delegación de expertos israelíes que compartirán con el país sus conocimientos en la lucha contra el coronavirus. Jorge Diener, director ejecutivo de Hadassah Internacional, es uno de los que integren la comitiva y dialogó con la Agencia AJN sobre todos los detalles de esta visita sin precedentes.

La delegación estará conformada por siete personas -seis del Centro Médico Hadassah y un representante del Instituto Biológico israelí de Investigación-, llegaron el sábado 8 de mayo y fueron recibidas por el presidente Alberto Fernández.

“La visita va a incluir charlas sobre las especialidades de cada uno de nuestros profesionales y por supuesto todo lo que tiene que ver con la posibilidad de hacer la Fase III de la vacuna israelí Brilife en Argentina”, destacó Diener.

Además, subrayó que no es usual que “una delegación de este nivel no suele visitar ningún lugar del mundo. La elección de viajar a la Argentina tiene que ver con un reconocimiento del alto nivel que tienen los profesionales de la salud del país”.

¿La visita de estos profesionales tiene que ver de algún modo con esto que tiene Israel, y se da a través de Haddasah, de compartir conocimiento?

Este viaje que estamos haciendo a la Argentina será con una delegación de expertos TOP de Israel, en todo lo que tiene que ver con muchos temas de salud y medicina. Están dentro de las personas más importantes que construyeron y siguen construyendo soluciones, ya sea con tratamientos, estrategias, temas de protocolo, temas de drogas, fármacos, investigaciones y vacunas. La idea de llevar esta línea de expertos a la Argentina empezó en realidad en los últimos meses con mi querido amigo, el embajador argentino en Israel, Sergio Urribarri, que fue decir: ‘Israel se va acercando a un momento en el que vemos la luz al final del túnel. Empezamos a salir de la pandemia’ y el mundo todavía sigue con un desafío muy grande. Argentina está entre los países en los cuales hay una combinación de falta de acceso a la cantidad necesaria de vacunas, el desafío de todavía un contagio muy alto, un índice muy alto de reproducción del virus y todo lo que eso implica para la situación en los hospitales y el potencial colapso del sistema de salud. En un momento como ese, un país en donde se llegó a un momento relativamente bueno, donde los médicos que trabajaron día y noche para atender decenas y cientos de pacientes graves de COVID sin parar, pueden ahora respirar, y en vez de irse a la plaza, en vez de irse a tomar sol, están dispuestos a subirse a un avión por una voluntad de ayudar al mundo e ir a un lugar donde el conocimiento que tienen se puede compartir y se puede generar soluciones muy concretas, como temas de vacunas, tratamientos, drogas, pero también un pensamiento diferente para reforzar la estrategia. Eso es el ADN de Haddasah y es el ADN del Israel humanista, que sale al mundo. Un año atrás, cuando empezó todo esto, realizábamos las primeras conferencias de prensa trayendo médicos para poder empezar a compartir lo que nadie entendía. Hoy el espíritu es el mismo y en este momento, pasar de eso que era un minuto por zoom, a viajar con un equipo de seis profesionales TOP que Haddasah lleva con mucho amor a la Argentina, es como un círculo de lo que en hebreo llamamos un «Olam», que es reparar el mundo juntos. No se terminó nuestra tarea.

Hace pocos días hubo una delegación de médicos también en Uruguay y el impacto que hubo en la sociedad fue como si llegaran vacunas ¿Por qué el recurso humano se convierte en algo tan importante y poderoso?

Yo creo que la vacuna tiene que inmunizarnos del virus biológico, pero el recurso humano -que es por un lado profesional pero a la vez inspirador viniendo de un lugar donde finalmente la vacunación, un sistema de salud manejado de cierta forma y un consenso en la sociedad para ganarle juntos al COVID- es de cierta forma la vacuna humana contra la indiferencia, contra el fatalismo, contra la falta de confianza en que se le pueda ganar al virus. Muchos dicen «bueno, igual si no se le puede ganar, que sea lo que sea», y el que sea lo que sea no sirve, porque finalmente lo que pasó en Israel y lo que está pasando todavía, es que más allá de las altas y bajas, y de los momentos en los que la sociedad estaba más dividida por distintos comportamientos de distintos sectores de la sociedad de Israel, en este último año finalmente llega al éxito. Ya para la tercera ola hubo un trabajo consensuado, donde todos los sectores, desde los más religiosos hasta los menos, desde los judíos hasta los árabes, la izquierda, la derecha, el oficialismo y la oposición: Nadie cuestionó, más allá de alguna crítica que es válida porque es democracia, pero nadie cuestionó ninguna de las medidas que se estaban tomando tanto para vacunar como para mantener la población controlada mientras se seguía vacunando. Eso es parte del espíritu de responsabilidad colectiva y de esperanza que yo creo que se transmite, es como la vacuna para recuperar el optimismo, para poder verse en el espejo y decir: «Podemos llegar ahí aunque seamos países diferentes, con recursos diferentes, con situaciones diferentes». Hay una posibilidad de hacerlo si podemos escuchar un poco una experiencia donde sí funciona.

¿Cuál fue el aporte más importante de Hadassah desde que comenzó el coronavirus?

El aporte más importante fue mantener el rol pionero de Hadassah, que es no seguir la corriente, sino ir a la vanguardia y buscar soluciones que no existían. Por ejemplo, cuando no había suficientes test para hacer, comenzó con la técnica del pooling, para descartar y llevar soluciones, por ejemplo a los geriátricos. Se comenzaron también a crear drogas tanto para el principio de la enfermedad como para casos graves. Hadassah tiene un modelo único. El profesor Mevorach, que está viajando con nosotros y es director de la unidad de COVID, es el inventor de la droga Allocetra, que ya demostró en fase II con una eficacia del 90 por ciento, que los casos graves los frenaron y los curaron con esta droga, cuando ninguna otra había funcionado. Esa posibilidad que tiene un médico de encontrar las soluciones a sus problemas en el laboratorio de al lado, es un valor agregado que Hadassah tiene todo el tiempo. Y ser la vanguardia para encontrar las soluciones es para mí el valor que tiene la delegación que estará en Argentina. Estamos llevando el recurso humano y la materia gris. Tener la posibilidad de tener este talento, dedicándole unos días a estar pensando junto con los talentos extraordinarios que existen en Argentina… esa sinergia que se puede crear lo único que puede hacer es traer mejor nivel de atención, soluciones muy concretas y producción de acuerdos concretos para avanzar en temas que al fin y al cabo beneficien a la población argentina, a tener un control más rápido y eficiente de una pandemia que es terrible y que no se va a ir todavía. La pandemia va a seguir por varios años y hay que tener una manera de poder controlarla, tanto a través de la vacunación, como a través de tratamientos.

¿Quiénes son los que integran la delegación?

Somos una delegación de siete personas, seis de Hadassah y un representante del Instituto Biológico israelí de Investigación. De Hadassah estoy yo, como director ejecutivo de Hadassah Internacional y responsable de este operativo de cooperación; el que lidera la delegación es el profesor Yoram Weiss, director del Hospital Hadassah Ein Kerem, que de los dos hospitales de Hadassah, fue el designado para atender casos de coronavirus. Él reconstruyó permanentemente todo el año el hospital y los protocolos, que se compartieron en Argentina. Es una figura importante en el diseño de las estrategias de combate al coronavirus en Israel. Tenemos también al profesor Dror Mevorach, que ya mencioné antes; al profesor Yossi Caraco, que es el director de toda el área de ensayos clínicos de Hadassah, farmacología y desarrollo de todos los modelos de investigación y vacunas. Es una personalidad importantísima en la estrategia de vacunación en Israel y director de los ensayos clínicos de la vacuna Brilife. Tenemos también a la profesora Sigal Sviri, quien fue la directora de la unidad de terapia intensiva de coronavirus, con una experiencia increíble en tener que montar una unidad de coronavirus prácticamente de un día para el otro y de manejar programas que tienen que ver con la participación de familiares y voluntarios dentro de las unidades de terapia intensiva de COVID. Y tenemos también una especialista, una enfermera senior, Claudia Poggi, que es uruguaya y que viene para compartir los modelos innovadores de trabajo en la unidades. La enfermera de Hadassah es algo intermedio entre una enfermera y un médico. Tiene mucha autoridad.

¿Cuál es la agenda en la visita?

Llegamos por invitación del gobierno argentino, por eso la estamos trabajando con la oficina de asesores del presidente y con el ministerio de Salud. Va a incluir charlas sobre las especialidades de cada uno de nuestros profesionales y por supuesto todo lo que tiene que ver con la posibilidad de hacer la Fase III de la vacuna Brilife en Argentina. También haremos visitas a hospitales, para poder asesorar y conversar. No solamente para compartir conocimiento, sino para generar planes de cooperaciones que continuarán después de la visita.

¿Cuál es el mensaje con respecto a la llegada de ustedes?

Nosotros llegamos con mucha humildad. Venimos de un lugar de éxito, de un país que hoy en día el mundo mira porque ha logrado controlar esta situación y recuperar una vida normal. Todavía en condiciones diferentes, manteniendo distancia social, pero con una vida muy similar a lo que era antes de la pandemia. Y con un conocimiento acumulado muy importante, con desarrollos muy importantes. Pero vamos a la Argentina con mucha humildad porque una delegación de este nivel de Hadassah no sale a ningún lugar del mundo normalmente, no es algo que Hadassah hace todos los días. Tomar a cinco de sus mejores expertos y llevarlos al mundo es algo muy excepcional. No recuerdo en mis 10 años en Hadassah que se haya hecho nunca. La elección de Argentina tiene que ver con un conocimiento del alto nivel de la medicina y profesionalidad del país, donde uno puede generar posibilidades de construir soluciones que sean no solamente para la Argentina o para Israel. Vivimos en una época en la que lo que hace falta es construir puentes para traer soluciones a la humanidad. En la Argentina tenemos nuestra sociedad con el hospital Cemic y el Garraham, pero por supuesto ahora con todo el gobierno argentino atrás de esta iniciativa, podemos encontrar soluciones que resuelvan algunos de los desafíos que tenemos en nuestros países, pero principalmente, podemos construir modelos que den esperanza al mundo.

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