Ante un Anfiteatro colmado, el cantante ofreció un concierto bien de una hora y media junto a su banda y la orquesta para despedirse de Villa María
El segundo acto de «Ricky Martin Sinfónico» comenzó más ordenado en los ingresos al Coloso, aún cuando el público fue más convocante.
El concierto inició a las 21:15 horas y se desarrolló prácticamente igual a la velada anterior.
Secundado por su banda y la gran orquesta dirigida por Ezequiel Silberstein, Ricky ofreció dosis de calor caribeño y melodías románticas reversionadas y estilizadas al formato sinfónico para el último «bonus track» del Festival de Peñas.
La gran diferencia con la primera noche tuvo que ver con el público. Con un «coloso» repleto de bote a bote, y todos los espectadores parados arriba de las butacas desde los primeros segundos, hasta ocupando los pasillos.
Así, cada espectador cantó y coreó temas icónicos de su trayectoria, como «Fuego de noche, nieve de día», «Disparo al corazón», «La bomba», «El amor de mi vida», «Te extraño, te olvido, te amo», «Vuelve», hasta desatarse bailando con «Livin’ la vida loca», entre otros.
Para despedirse y reconociendo como su lírica más personal, sonó «Asignatura pendiente», momento en el cuál pidió al público que transmitieran «en vivo» en sus redes sociales la interpretación de la canción.
Para el final, reservó las melódicas «Tal vez» y «Tu recuerdo», con el que se cerró en la primera velada.
Así, en dos noches para el recuerdo, el astro puertorriqueño, dejó su huella en tierras cordobesas.
En modo de devolución, y para recuerdo de sus noches en Villa María, el artista local Martín Enricci le entregó un obsequio elaborado por sus manos al cantante.
Enricci había preparado un regalo artístico para cada cantante que participó en el Festival de Peñas.
En este caso, creó un cuadro de grandes dimensiones para el astro boricua.