Con eventos, reflexiones y estadísticas impactantes, la ciudad de Córdoba finalizó su participación en el movimiento global «Mayo Amarillo» con un fuerte mensaje: salvar vidas está en manos de todos.
Cada mes de mayo, miles de ciudades en el mundo se tiñen de amarillo para recordarnos una dolorosa verdad: los siniestros viales siguen siendo una de las principales causas de muerte evitables. Córdoba, que lleva tres años consecutivos adherida al movimiento internacional Mayo Amarillo, cerró este 2025 con una jornada de reflexión centrada en la realidad de su propia comunidad.
Nacido en Brasil en 2014, Mayo Amarillo es un movimiento global de concientización sobre seguridad vial que busca generar responsabilidad y empatía en todas las formas de movilidad.
Este año, bajo el lema “Movilidad Humana, Responsabilidad Humana”, se hicieron actividades educativas, campañas públicas y presentaciones de datos claves en la capital cordobesa, con una consigna clara: todos somos parte del problema y, por ende, de la solución.
Durante el acto de cierre, se expusieron los alarmantes datos del último informe de mortalidad vial en la ciudad. En 2024 fallecieron 73 personas a causa de siniestros viales. Eso representa un promedio de 6 muertes por mes y una tasa de 4,9 personas fallecidas cada 100 mil habitantes.
Lo más preocupante: el 79 % de esas víctimas eran usuarios vulnerables, en su mayoría motociclistas (59 %), peatones (19 %) y ciclistas (1 %).
“La mitad de las muertes ocurrieron en jóvenes entre 10 y 29 años. Estamos perdiendo a nuestros hijos en la calle”, expresó Valeria Unzaga, coordinadora de Vigilancia de Datos de BIGRS Córdoba, quien remarcó que estos datos se registran de forma oficial por tercer año consecutivo, lo que permite tomar decisiones basadas en evidencia.
También se reveló que el 79 % de los fallecidos fueron hombres, replicando la tendencia nacional. Además, se registró un aumento del 30 % en muertes de motociclistas jóvenes con respecto al año anterior, lo que convierte a este grupo en el más afectado por la inseguridad vial.
La velocidad fue un factor clave: se detectaron velocidades máximas de hasta 120 km/h, con una media de 53 km/h en zonas urbanas.