La Fábrica Argentina de Aviones lanzará un nuevo retiro voluntario que apunta a reducir 200 puestos de trabajo, en medio de una fuerte incertidumbre sobre su conducción y a la espera de contratos clave con la Fuerza Aérea.

La Fábrica Argentina de Aviones (Fadea) atraviesa una de sus semanas más determinantes del año. La conducción prepara la apertura de un retiro voluntario dirigido que buscará reducir la planta en unos 200 empleados sobre los 670 actuales. El objetivo es ajustar la estructura administrativa y preservar al personal técnico, considerado indispensable para sostener la capacidad operativa.

La empresa renovó además el Procedimiento Preventivo de Crisis hasta febrero, lo que mantiene la actividad reducida a tres días por semana y salarios al 80%. En 2024 ya se había concretado un retiro voluntario que significó la salida de 230 empleados, además de renuncias y jubilaciones.

Este nuevo retiro apunta a la “estructura orgánica”, compuesta por personal administrativo y fuera de convenio, calculado en unos 170 trabajadores. La meta es acelerar el proceso y ejecutarlo en pocas semanas.

A esto se suma un ajuste en la estructura jerárquica: Fadea cuenta con 18 gerencias, varias vacantes, y el objetivo oficial es reducirlas a la mitad. También se evalúa la continuidad de asesores cuya función es cuestionada por gremios internos.

La incertidumbre sobre la conducción es otro punto crítico. Tras la salida de Luis Petri del Ministerio de Defensa y la llegada del jefe del Ejército Carlos Presti, se reabrió la discusión sobre la continuidad de Julio Manco, presidente y CEO de Fadea. Aunque desde su entorno afirman que quiere seguir, su gestión acumula tensiones por retrasos salariales, deudas y la frustrada transferencia de la fábrica a la Provincia.

El 15 de diciembre aparece como fecha clave, cuando Presti presentará su nuevo esquema directivo. En paralelo, dos funcionarias de la Agencia de Transformación de Empresas Públicas continúan monitoreando cada decisión de la fábrica, lo que gremios describen como una “intervención de hecho”.

Reactivación: contratos para los Pampa III y los Hércules

En medio de esta coyuntura, surgieron señales positivas desde la Fuerza Aérea, que lanzó dos licitaciones clave:

• La modernización de seis Pampa II a la versión Pampa III Block 2,
  
• El mantenimiento mayor (PDM) de dos Hércules C-130, junto a la recuperación operativa de motores y componentes.
  

Estas tareas, exclusivas de Fadea, implicarían unos USD 68 millones y un anticipo del 40%. Para la fábrica significan oxígeno financiero y para la Fuerza Aérea, un paso crucial para la formación de pilotos que operarán los F-16 recientemente incorporados.

Una fábrica que nadie quiere cerrar

Pese a la crisis, funcionarios, gremios y proveedores coinciden en que Fadea debe sostenerse. Su continuidad depende de la firma de los contratos, la estabilización del ajuste y una conducción capaz de ordenar las cuentas sin perder capacidad técnica.

La planta enfrenta además un conflicto gremial profundo entre el Sindicato de Trabajadores Aeronáuticos (STA), firmante de un nuevo convenio colectivo, y APA y APTA, que lo impugnan por considerarlo perjudicial para los trabajadores. La falta de homologación mantiene el acuerdo en suspenso y tensó todavía más el clima interno.