Aún se desconoce la causa de la muerte de la elefanta de 55 años

La elefanta Pocha de 55 años falleció el jueves 06 de octubre por la noche en el santuario de Brasil, a donde llegó después de haber sido trasladada desde Mendoza.
Aún se desconoce la causa de su muerte, según autoridades del lugar realizarán una autopsia.
En abril de este año, Pocha, y su hija Guillermina, de 22 años, recibieron en Argentina los certificados necesarios para ser trasladadas desde el exzoológico mendocino a un santuario en Brasil.
Ambas permanecían alojadas en el exzoológico mendocino convertido en Ecoparque y el Gobierno provincial buscó trasladarlas a un «santuario de elefantes» ubicado en las afueras de Cuiabá, en el estado brasileño de Mato Grosso.
El comunicado publicado por el santuario explicó: «Mientras Pocha estuvo en Mendoza, en ocasiones vimos pequeños signos que nos hicieron preocupar de que tuviera problemas de salud subyacentes, pero nunca se diagnosticó nada. Cuando ella y Guillermina llegaron aquí al Elephant Sanctuary Brasil, había tenido un hecho en el que se cansó y era un poco más lenta para comer, pero, después de una inyección de multivitaminas, mejoró”
Y continuaron: “Hace unos días notamos que era exigente con su heno, aunque todavía estaba pastando y disfrutando de todos los productos que le daban. Después de una inyección de vitaminas anoche, se veía más brillante y, aunque todavía estaba cansada, tenía más brillo en sus ojos. Sin embargo, cuando volvimos a verla más tarde esa noche, descubrimos que había fallecido”
En lo que pareciera ser una ceremonia, su hija Guillermina «gritó largamente para llamar a sus amigos. Una vez que abrimos las puertas para que entraran las otras chicas, Bambi, Mara y Rana estaban allí esperando para estar con Guille», relataron desde el santuario a través de su página web.
Y agregaron que la elefanta Rana «caminó hacia Pocha con Guillermina y luego volvió con los demás. A continuación, Bambi se acercó, pero se mantuvo a distancia, con los ojos algo abiertos y con aspecto preocupado. Después de que Bambi regresó con las otras chicas, llegó Mara y se quedó con Guille y Pocha».
«Cada niña (como desde el santuario mencionaron a las elefantas) se paró cerca, unas más que otras, y observaron el cuerpo de Pocha con respeto. Los elefantes tienen una habilidad innata para comunicarse entre sí de maneras que nunca entenderemos y eso es lo que parece estar sucediendo entre este grupo de compañeros de manada», explicaron.
«Aunque este es un momento difícil y puede ser difícil procesar tal pérdida, estamos agradecidos con Pocha por el amor y la estabilidad que pudo brindarle a Guillermina durante 24 años», concluyeron.