El artista de 49 años está radicado desde hace 17 años en tierras francesas, a raíz de un romance que nació en nuestro país; padre de dos hijos disfruta de su presente familiar y laboral

El hijo mayor de Jairo, Iván González, nacido en España durante el exilio de sus padres, que luego vivió entre Madrid, París y Buenos Aires: “Ese triunvirato es mi historia”, dijo el actor, director y fotógrafo que hace 17 años está Francia, junto a su mujer Cecilia Stola, y sus hijos, Ulysses (11) y Lorenzo (9).
González reflexionó sobre su vida repartida entre tres patrias y contó que desde hace tres meses es oficialmente argentino y se siente muy cercano a nuestros códigos culturales.
Asume tener una “identidad nómade”, y cuenta que es la primera vez que está estable tanto tiempo en un lugar.
A su vez, habló sobre su carrera artística: “Siempre quise trabajar en la actuación y dirección, cercano al cine. Esa era mi idea” “Trabajé muchísimo en esa época extraña de la Argentina y tuve la suerte de poder conocer a gente increíble, que fueron mis mentores y de quienes aprendí mucho, como Alberto Ure, Roberto Villanueva, Humberto Tortonese, gente que sigue inspirándome y son amigos.”
Es actor, director y fotógrafo, actualmente está dirigiendo un cabaret que se llama Madame Arthur, en París. Es el cabaret travesti más importante de Francia y el año pasado festejaron 75 años.
Su historia de amor con la argentina Cecilia Stola:
“Nos conocimos en Buenos Aires, un año antes de que ella viajara a Francia para hacer un master en psicología, porque es psicóloga. Pero cuando llegó, se dio cuenta que los másters aquí son como el segundo año de psicología en Buenos Aires, y lo dejó porque evidentemente ya lo había hecho. Convalidó su título y estudió otras cosas como el Síndrome de Ulises (también conocido como síndrome del emigrante con estrés crónico y múltiple), luego conoció a una chica de Hungría y tuvieron la idea de armar esta ONG; empezaron ellas dos y ahora son 25 empleados. Trabajan con la Comunidad Europea, el gobierno francés y diferentes ONG’s como la Cruz Roja”
“No pensaba venir a Francia. Fue un impulso. Me iba muy bien en Buenos Aires, acababa de hacer Doble vida y tenía proyectos, vine a verla y al mes, cuando me tenía que volver, la miré y le dije que me aburría mucho la vida sin ella. Y rompimos el pasaje. Se puede ser extremadamente cursi en la vida… Pero así fue”, concluyó entre risas.