En el norte ganadero la situación climática no da tregua. No sólo ha fracasado la campaña agrícola, ahora también está comprometida la subsistencia de las vacas.

Debido a la seca, el norte santafesino se ve seriamente afectado. El río Salado no trae el agua necesaria para destinar a la producción pecuaria, al tiempo que las lluvias erráticas de los últimos tres años, se encargaron de anular cualquier expectativa de cosecha.
Si bien en los últimos días esta zona productiva recibió unos buenos milímetros, tres fenómenos “Niña” consecutivos, hacen que cualquier chaparrón resulte insuficiente. Recuperar los pastizales y napas dulces requerirá de varias lluvias como éstas últimas.
“El río Salado está cortado en algunos tramos y se han generado bolsones en donde se muere la hacienda y la gente tiene que despoblar los campos”, se refirió el Presidente de la Sociedad Rural de Tostado, Jorge Mercau.