
El reconocido artista plástico germano-austríaco, Wolfgang Flatz, ha decidido dar un giro inusual a su legado artístico al subastar partes de su piel tatuada para que se conviertan en obras de arte.
La casa de remates londinense Christies será la encargada de llevar a cabo esta subasta única, en la que se pondrán a la venta fotografías de los tatuajes de Flatz, quien se ha comprometido en su testamento a entregar las fotografías de su piel a los compradores después de su muerte, ha titulado esta iniciativa como «Arriesgar la propia piel». Según explicó Dirk Boll, director de arte de los siglos XX y XXI en Christie’s, cada comprador recibirá un trozo de piel preparado en la foto del original del artista.
Este peculiar proyecto ha generado curiosidad y preguntas sobre la legalidad y moralidad de tal acción. Sin embargo, Flatz se ha respaldado en la tradición japonesa de tratar los tatuajes elaborados de forma póstuma como obras de arte. Además, ha dejado claro que la piel le pertenece y puede hacer con ella lo que desee.
La subasta contará con fotografías de tamaño natural del cuerpo de Flatz, donde se podrán apreciar sus 13 tatuajes diferentes. Por el momento, los compradores no recibirán el original, sino una fotografía en blanco y negro en la que la zona de piel subastada aparece resaltada en color. Una vez que el artista fallezca, el verdadero trozo de piel será cortado, insertado, disecado y colocado detrás de un cristal.
Flatz, quien participó en la reconocida exposición Documenta IX en Kassel en 1992, considera su piel como una especie de lienzo y busca que su obra de arte le sobreviva. El dinero recaudado en esta subasta será destinado a fines benéficos, lo que añade un componente altruista a esta singular propuesta artística.
La subasta de los tatuajes de Wolfgang Flatz no solo será un evento para adquirir piezas únicas y peculiares, sino que también abrirá una exposición en la Pinacoteca Moderna de Múnich, ciudad donde reside el artista. La muestra, titulada «Flatz. Algo anda mal con la escultura física», exhibirá performances, esculturas e instalaciones multimedia de Flatz, así como un muñeco de tamaño natural cubierto solo por sus tatuajes.
Flatz ha dejado claro que su última voluntad y testamento están certificados ante notario, asegurando que después de su muerte, partes de su piel serán entregadas a los compradores. Es importante destacar que el resto de su cuerpo será incinerado y enterrado bajo un árbol, devolviendo así su cuerpo a la naturaleza.
El artista, de 71 años, tiene la esperanza de vivir hasta los 100 años, por lo que todavía podría pasar un tiempo antes de que se cumpla su última voluntad. Mientras tanto, su legado artístico y esta innovadora subasta continúan generando interés y debate en el mundo del arte.