
En un fallo judicial, la justicia de Mendoza condenó a un cura por abuso y hostigamiento contra una mujer que fue víctima cuando era menor de edad.
El sacerdote Alberto Daniel Sardá, junto con el Arzobispado de Mendoza, deberá pagar una indemnización de 13 millones de pesos a la víctima, según lo dictaminado por el Tercer Tribunal de Gestión Asociada de Mendoza.
La demanda por daños y perjuicios presentada por la víctima ha sido aceptada por los Tribunales estatales, quienes han encontrado al cura y al Arzobispado responsables de los hechos. Esta condena, aunque no es en sede penal, representa un importante paso hacia la justicia para la víctima y un reconocimiento de los daños sufridos.
El abogado de la víctima, Carlos Lombardi, ha destacado que esta condena es un resarcimiento y una indemnización por los daños derivados de la violencia de género sufrida. En el fuero penal, el cura fue sobreseído debido a la prescripción de la acción penal, lo que no implica que sea inocente o que los hechos no hayan ocurrido.
Este caso ha reavivado el debate sobre los abusos en el ámbito religioso y ha puesto en evidencia la necesidad de tomar medidas más contundentes para prevenir y castigar este tipo de delitos. La sociedad exige que las instituciones religiosas sean transparentes y responsables ante estas denuncias, y que se brinde apoyo y protección a las víctimas.
La condena impuesta al cura y al Arzobispado de Mendoza envía un claro mensaje de que los abusos no serán tolerados y que aquellos que cometan estos actos serán llevados ante la justicia. Es un paso importante hacia la reparación de la víctima y una señal de esperanza para todas las personas que han sufrido abusos en el ámbito religioso.