Los incendios anuales en Córdoba no solo afectan la biodiversidad y el ecosistema, sino que también dejan una huella preocupante en el agua de la región.
Cada año, los incendios forestales en la provincia de Córdoba representan una amenaza constante para su entorno natural.
Más allá de la devastación en la flora y fauna local, estos incendios tienen un impacto directo en un recurso esencial: el agua.
La destrucción de la vegetación durante los incendios elimina una barrera natural crucial para la filtración y regulación del agua en la región.
Este hecho provoca un aumento en la erosión del suelo, resultando en la sedimentación de ríos y arroyos, y poniendo en riesgo la calidad del agua que consumen los habitantes de la zona.
Además, las cenizas y contaminantes liberados durante los incendios pueden ser arrastrados por la lluvia hacia los cuerpos de agua cercanos, afectando gravemente la vida acuática y generando alteraciones en la captación y potabilización del agua.
Es fundamental implementar medidas de prevención, como la gestión sostenible de la tierra, la reducción de material combustible y la concientización sobre prácticas seguras para evitar incendios.
Proteger nuestras sierras y bosques no solo preserva la diversidad y el suelo, sino que garantiza la disponibilidad de un recurso vital para la región: el agua.