Los aranceles anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, finalmente entraron en vigencia durante a medianoche de este martes
La nueva guerra comercial derrumbó los mercados ante los temores de los inversores de que la economía global sufra un brusco freno por el virtual congelamiento de los lazos comerciales entre las principales economías del planeta. Todos los índices bursátiles de Wall Street mostraban pérdidas a media mañana.
La medida se puso en marcha tras la expiración del plazo que el republicano había fijado para que sus vecinos demostraran avances en la lucha contra el tráfico de fentanilo y el fortalecimiento de la seguridad fronteriza.
Según la Casa Blanca, ambos países no cumplieron con las expectativas. Se trata de una iniciativa que afecta importaciones por más de 918.000 millones de dólares y no tardó en desencadenar represalias inmediatas por parte de Beijing y Ottawa.
En respuesta a los nuevos gravámenes estadounidenses, el Ministerio de Finanzas de China anunció que impondrá aranceles del 10% y el 15% a productos agropecuarios de Estados Unidos, medida que se implementará a partir del próximo lunes 10 de marzo.
Según se anunció, entre los productos gravados con un 15% figuran el pollo, el trigo, el maíz y el algodón, mientras que la soja, la carne de cerdo y de vacuno, los productos acuáticos, las frutas, los lácteos, las verduras y el sorgo serán gravados con un 10%.
El gobierno chino argumentó que las tarifas impuestas por Washington son “unilaterales” y perjudican el comercio, aumentando la carga para empresas y consumidores estadounidenses. En los últimos dos años, las exportaciones agropecuarias de EE.UU. a China cayeron hasta un 20%, lo que podría agravarse con estas medidas.
Además de los aranceles, Beijing añadió un grupo de empresas estadounidenses a su lista de control de exportaciones y otro a su lista de entidades poco confiables, además de anunciar que llevará el caso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).