Las armas láser FDI neutralizan drones a bajo costo, pero enfrentan límites operativos por el clima
Las armas láser FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) se convirtieron esta semana en protagonistas del debate global sobre el futuro militar. Según fuentes oficiales, durante la operación Espadas de Hierro lograron interceptar entre 30 y 40 drones, principalmente de Hezbolá. El sistema, desarrollado por la empresa Rafael junto al Ministerio de Defensa israelí, es móvil y económico: cada disparo cuesta apenas cinco dólares, frente a los 50 mil de un misil Tamir del sistema Cúpula de Hierro.
Estas armas disparan rayos de luz de alta intensidad que queman el objetivo tras unos segundos de contacto. Sin embargo, su potencia es limitada en comparación con armas cinéticas, con un alcance de 10 km y menor eficacia bajo lluvia, niebla o neblina. A diferencia de las versiones cinematográficas, el rayo no explota sino que requiere precisión y tiempo de exposición.
El sistema revelado es un prototipo, pero se enmarca en el proyecto “Magen Or”, que apunta a integrar armas láser a la defensa aérea israelí a gran escala desde 2026. Aunque hoy su uso es principalmente contra drones, se espera que en el futuro se empleen contra cohetes, misiles de crucero y morteros. Estados Unidos respalda el desarrollo con financiamiento directo, reflejo de su interés estratégico.
Un cambio en el equilibrio militar regional
Israel es el primer país en emplear armas láser operativas en un conflicto. Pero esta ventaja podría ser efímera: informes sugieren que China ya exportó tecnología similar a Irán. El campo de batalla del futuro estará condicionado no sólo por la potencia de fuego, sino también por la energía y el clima.