Los combustibles aumentaron en el último año por encima del IPC, pese a la caída del precio internacional del crudo. Las subas se observaron en todas las categorías de naftas y gasoil.

De acuerdo con datos de Surtidores, la nafta súper subió 4,5% mensual y acumuló 41,2% interanual, muy por encima del 30% estimado para el IPC. El litro pasó de $1.108 a $1.564 en la Ciudad de Buenos Aires. Esta dinámica se dio a pesar de la prórroga parcial del impuesto a los combustibles líquidos y al dióxido de carbono, que aplazó ajustes hasta enero de 2026. Desde julio, YPF dejó de informar aumentos de forma centralizada, lo que permitió que cada estación definiera sus precios según costos propios.
La nafta premium aumentó 31,3% interanual y el gasoil, 39,84%. El desacople con el precio internacional se profundizó: el crudo Brent cayó de US$74 a US$64 sin impacto en surtidores. Según el consultor Juan José Carbajales, los factores que impulsaron las subas fueron el tipo de cambio, la actualización de impuestos y el incremento de biocombustibles.
En materia de consumo, las ventas mostraron comportamientos diferentes: en octubre las naftas crecieron 1,7% interanual, mientras que el gasoil cayó 5%. En Córdoba, monitoreos recientes registraron precios de nafta premium superiores a $2.000.
Los analistas señalan que los valores estaban retrasados respecto de la devaluación de mitad de año y que los incrementos se aplicaron una vez finalizado el ciclo electoral.




